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-- Este año si asistiremos al almuerzo navideño Juan, ya pagué por los dos platos, le dije con determinación.

Él me miró con resignación porque se ha hecho costumbre no participar en nada que tenga que ver con recreación y compañeros de trabajo, pero aceptó la misiva.

Hice todos los preparativos familiares para poder asistir al evento sin la preocupación de que alguien la pasaría peor que yo, así que hice el almuerzo a mis hijos, convencí a mi madre que mi ausencia sería sólo por un par de horas (porque está en la faceta de comportarse como una niña a quien se le abandona) y empecé a alistarme, me sentía muy feliz de que este año si asistiríamos al evento.

No la vi llegar pero la improbabilidad se hizo presente, quizás se estacionó a nuestro lado cuando llegamos al sitio y nos estábamos parqueando, ella invisible, inesperada y bien presente cambió todos mis planes o se disfrazó para que yo no la notara.

Lo cierto es que no pude abrir la puerta del carro, porque empecé a llorar descontroladamente, ¿Qué probabilidad había de que mi estado de ánimo cambiara de manera tan abrupta?, no le conseguía explicación alguna, sólo podía llorar y llorar y no saber que responderle a mi esposo que me veía con desconcierto.

Gracias a Dios él supo que hacer, así que decidió salir del estacionamiento, encontrar un lugar donde nadie nos viera o pudiese tocar la ventana y apagó el carro, se quedó callado y escuchó las frases más improbables que pude decir aquel día.

-- Me siento triste, me siento tan triste, lo repetí unas cuantas veces.

-- No sé que me está pasando, no me mires así, me siento tan mal por todo.

-- Los niños nunca miran mi trabajo, no soporto a mi mamá, mi hermana es una completa loca, por más que haga nunca es suficiente para ti, seguro igual no disfrutarías del almuerzo.

Así como estas dije muchas más cosas, unas más descabelladas que otras, no por falta de razón sino por el momento en que habían decidido aflorar, cada una, como si hubiesen estado haciendo cola para salir de mi boca.

Juan, estupefacto por todo lo que estaba sucediendo en aquel lugar donde caían flores de un Araguaney que se veía a lo lejos y que además me causaban tanta tristeza porque iban a dejar al árbol desnudo, me dijo:

-- ¡Tranquila!, así no vamos a asistir al evento, ven que te brindo otra cosa en otro lugar.

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Cuando ya me calmé y digerí la sabrosura de ese almuerzo improvisado supe que la improbabilidad tenía otro nombre: "Perimenopausia"

¡Si!, así mismo y les advierto que no es tan dulce como las peras, así que no sé porque esto de "Peri" si no sabe ni se siente igual, pero si es el inicio de un evento que requiere de 12 meses sin reglar para poder tomar el nombre de Menopausia.

Aun me encuentro atravesando ese proceso, he caído en sentidas tristezas, en apasionantes rabietas que me superan y me poseen de vez en cuando, en intermitentes fríos y calores que no me permiten conciliar el sueño e incluso veo el proceso en la resequedad de mi piel.

¿Cuándo llegará la menopausia?, aun no sé, pero mientras tanto sigo leyendo más acerca del tema, me alimento bien, uso más cremas y advierto a los que me rodean que se me viene una rabieta o una tristeza por lo que espero comprensión y paciencia.

En cuanto a la Andropausia, he notado que Juan se ha vuelto más nostálgico y reflexivo en situaciones que antes ni se detenía a pensarlas, por ende me toca retribuir la escucha sin interrupciones, a veces pienso que se ha tornado más femenino por esto de hablar y comunicarse de manera más expresiva pero respeto un proceso que es de ellos y es natural en su género.

Agradezco el hecho de que exista actualmente más información, se tenga más acceso a ella y se nos permita expresar los sentires que pueden ser tan diversos, @genomil gracias por propiciar el espacio para compartir cada experiencia y espero que mi pana @solperez pueda disfrutar de mi relato contado como a ella le gusta, de una forma literaria, porque al fin y al cabo cada palabra de esta publicación es la evidencia de un hecho real que me sucedió.

No todo es malo, porque las risas son más sonoras ahora, todo se vive con mayor intensidad y la vida nos da la oportunidad de decidir como encarar un proceso natural que nos cambia desde varios puntos de vista: emocional, psicológico y físicamente.

Invito a mis amigas @mariami, @marito74 y @wakeupkitty a participar. Y si Juan (@karupanocitizen) se atreve que nos de su óptica de la Andropausia.

Y de antemano gracias por los silencios, la paciencia y la aceptación de lo que se viene Juan.

Nota: Esta reflexión ha sido escrita por mi y me pertenece, está basada en hechos reales y bien puede ser usado como momento reflexivo y de auto-conocimiento.