Extraño (Prosa Poética)

Extraño los años que se fueron y los afectos que murieron, aunque la desaparición de muchos de ellos haya causado alivio o alegría en ese momento.

Las voces que poblaban los silencios y aturdían la soledad, los gritos que hacían de la casa un campo de guerra y las locuras que hicieron de la adolescencia un laboratorio de causas extremas.

Extraño lo que no recuerdo porque sé que está escondido en algún lugar de mi cerebro, secuestrado por neuronas prófugas que algún día espero sean apresadas.

Lo que no ocurrió ya que me pudo salvar de la hecatombe.

Los amores que se perdieron entre espinales, heridos soldados que abandonaron el campo de guerra, cobardes pendencieros que en algún momento alegraron y amargaron mis segundos.

Extraño mi juventud aunque me parezca que fue tonta e ingenua, los momentos que transformaron un vergel en una ventana, las locuras de estudiantes y el paradigma de creer que cambiaríamos el mundo.

Las estrambóticas comidas de mi madre y su particular manera de ver y hacer las cosas, los extremismos de mi padre y el abrazo infantil de mi hermano.

Extraño el amor sinigual de mi hermana y esos días en los cuales éramos libélulas y luciérnagas, que como Icaro y Dedalo pensábamos poder volar más allá del sol.

La infancia de mis hijos que han ido creciendo y abandonando el nido y pronto me dejaran solo, como isla en el mar.

Extraño las esperanzas que se han ido diluyendo, las fuerzas que con el paso de los años van mermando y como lumbre ante el agua en algún momento dejarán de acompañarme, acrecentando las limitaciones que me enclaustran.

Las locuras que a grandes pasos han huido, incomprendidas y perseguidas por los perros de presa de la racionalidad.

Extraño no haber tenido la sabiduría de hoy en el pasado pero paradójicamente también no tener la inocencia de entonces ahora.

Los viajes disfrutados y los no realizados, la sonrisa de quienes alegraron mi alma y también de quienes hipócritamente creían que me engañaban.

Extraño tantas cosas cuando llego al final del viaje de la existencia, sin por eso arrepentirme de lo que he vivido y lo no disfrutado, que me siento feliz de poder hacerlo, porque eso me cuenta una historia muy particular, he sido aire, fuego, barca y ancla de quienes me acompañaron, quienes algún día quizás también me extrañarán.