De cómo evitar los lugares comunes (¡¡encontrándolos en nosotros mismos!!)
Fomentar la imaginación
Como la paleta de un pintor, la inteligencia humana está hecha de mezclas y combinaciones. El humano aprende por imitación. Las historias contadas ancestralmente son las mismas que se cuentan ahora, pero mezcladas. Inventar es combinar todos esos colores que nos son conocidos para encontrar un tono único, un estilo, una nueva receta, un brillo que destaca entre todos por la mezcla tan original que lo rodea.
En pocas palabras, en un estilo propio no tienen cabida los lugares comunes (comúnmente) empleados.
A.D. Serillanges nos dice:
“La verdad del estilo descarta el clisé. Llamamos de este modo a una verdad antigua, a una fórmula que se ha hecho común, a un lote de expresiones que antaño fueron nuevas y que ya no lo son precisamente porque han perdido el contacto con la realidad de la que nacieron, porque flotan en el aire como vanos oropeles que se sustituyen a un vaciado ardiente, a una transcripción directa e inmediata de la idea.
O como dice Valery, "el automatismo desgasta las leguas.”
Un escritor novel vive un proceso similar al de un artesano que apenas aprende el oficio. Sus primeros trazos serán forzados e inseguros. El resultado final no tendrá una armonía por culpa de esas afectaciones, sin embargo, el artesano aprendiz debe primero preocuparse por la funcionalidad de su obra antes de que aprenda a perfeccionar el detalle, no caer en errores comunes. Como un aparato, un texto funciona o no. Es fácil distinguir un escritor novel por lo florido de sus expresiones. Borges decía que en un principio se busca ser barroco y complejo, y conforme el tiempo y la experiencia pasan, el autor descubre la belleza (dificilísima) de la sencillez.
Serillanges continúa:
“Un gran estilo consiste en el descubrimiento de los vínculos esenciales entre los elementos del pensamiento y el arte de expresarlos excluyendo todo balbuceo accesorio.”
Decir: “cuando vi sus labios tan rojos como una rosa no pensé sino robar uno de sus besos”, es una frase gastada y víctima de la contaminación mediática. Construir una historia de amor basada en una bella sirvienta que terminará por enamorarse del acaudalado y guapo patrón, es un clisé telenovelesco. ¿Cómo salir de ellos? Conociéndolos y reconociéndolos en nosotros mismos.
Todos deseamos enamorarnos y superar nuestra mundana esencia. Sin embargo, las formas de narrar esa historia pueden ser tan variadas y originales mientras más reconozcamos esas vacías y contaminadas ideas del amor en nosotros. Por ejemplo: más original sería narrar a una mujer que, en pleno siglo XXI, decide seducir y enamorar a su hermano. En una historia así, los protagonistas tendrán que luchar contra todos los convenios socialmente impuestos, y eso, ya tiene tintes de originalidad, denuncia y frescor. La reto en esa historia, es: ¿cómo volverla apasionante, o hermosa?
La clave es identificar los lugares comunes de nuestro propio pensamiento. Jorge Luján nos habla de ello en este breve video:
Horacio Quiroga en el Manual del perfecto cuentista nos propone los lugares comunes como una herramienta potencial para enriquecer la narrativa. ¿Cómo? Invirtiendo su sentido:
Existe un truco singular, poco practicado, y, sin embargo, lleno de frescura cuando se lo usa con mala fe.
Este truco es el del lugar común. Nadie ignora lo que es en literatura el lugar común. 'Pálido como la muerte' y 'Dar la mano derecha por obtener algo' son dos bien característicos.
Llamamos lugar común de buena fe al que se comete arrastrado inconscientemente por el más puro sentimiento artístico; esta pureza de arte que nos lleva a loar en verso el encanto de las grietas de los ladrillos del andén de la estación del pueblecito de Cucullú, y la impresión sufrida por estos mismos ladrillos el día que la novia de nuestro amigo, a la que sólo conocíamos de vista, por casualidad los pisó.
Esta es la buena fe. La mala fe se reconoce en la falta de correlación entre la frase hecha y el sentimiento o circunstancia que la inspiran.
Ponerse pálido como la muerte ante el cadáver de la novia es un lugar común. Deja de serlo cuando al ver perfectamente viva a la novia de nuestro amigo, palidecemos hasta la muerte.
Yo insistía en quitarle el lodo de los zapatos. Ella, riendo, se negaba. Y, con un breve saludo, saltó al tren, enfangada hasta el tobillo. Era la primera vez que yo la veía; no me había seducido, ni interesado, ni he vuelto más a verla. Pero lo que ella ignora es que, en aquel momento, yo hubiera dado con gusto la mano derecha por quitarle el barro de los zapatos.
Cuando un escritor dedica tiempo y práctica al arte de la narrativa, comienza a sentir sus historias llenas de paja, de palabras innecesarias. Primero combatirá contra los adjetivos, después contra los adverbios, y así irá puliendo sus frases hasta dejarlas nítidas. Esa claridad es de la que habla Santillanges: “El floreo es una ofensa al pensamiento, a menos que sea un expediente para ocultar su vacuidad. En lo real, no hay floreos; solo necesidades orgánicas… Una frase, un trozo, deben estar constituidos como un gajo viviente, como las ramificaciones de la raíz, como un árbol. Nada debe sobrar ni sobresalir; todo ha de estar en la curva pura que va del germen al germen que debe nacer en el lector y ha de propagar la verdad o la bondad humana”.
El escritor es un observador. Le parecen ofensivos sus colegas de oficio que beben alcohol, fuman compulsivamente y andan mal vestidos diciendo que son poetas. Si las personas encarnan los lugares comunes, ¿cómo sus texto no caerán en ellos? Observar y denunciar. Nuestras vivencias son irónicas en todo momento. Dijo Tolstoi: “la vida es una historia contada por un idiota.” En el escribir está el descubrir nuevas perspectivas. El arte necesita una frescura que no viene del genio sino de la visión única del autor. Descubrir esa perspectiva es más importante que sentarse horas a leer lo que nos han dicho que tiene que ser leído.
Muchas veces comprender nuestras propias carencias literarias es un acto difícil de lograr por uno mismo. ¿Cuándo estamos listo para publicar, cuándo no? Cada vez que nos sentamos frente a la hoja en blanco damos lo mejor de nosotros. A veces unos ojos frescos son necesarios para encontrar en nuestros personajes, en nuestras historias, aquello que vive pero podrido por el tacto de demasiadas manos. Someter nuestras obras a taller es un gran principio para avanzar en el arte de la literatura.
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¿Qué piensas de los lugares comunes? ¿Qué técnicas has implementado para erradicarlos o usarlos a tu favor?
Hola Daniel: me quedo leyendo tu texto y los comentarios de los participantes en esta interesante discusión y temo que no tendré ya nada que decir (lo que no es necesariamente malo) porque ya todo habrá sido dicho. Así que me atrevo a adelantar algunas cosas sin haber leído todos los comentarios para no quedar fuera de la fiesta.
Toda persona que ha intentado escribir en serio se ha enfrentado al problema de las expresiones gastadas por el uso. ¿De dónde nacen? ¿Cómo enfrentarlos? Creo que esas son las preguntas fundamentales.
Entiendo que los lugares comunes son un producto de la tradición y la cultura. En ese sentido están profundamente arraigados en nuestra psique y en nuestras formas expresivas. Y la cultura los refuerza continuamente. El cine y la música popular (cierto cine y cierta música popular) son grandes productores de lugares comunes, así como eso indefinible que llaman la "sabiduría popular". El artista, si quiere trabajar en serio en su arte, no tiene más remedio que intentar depurar su expresión (y, sobre todo, su pensamiento) de los clisés recibidos. ¿Cómo puede lograr tal cosa? Diría que, en primer lugar, mirando el mundo. Trataré de explicarlo con un ejemplo del cine. En la película "La joven del arete de perla", el pintor Vermeer le pregunta a su sirvienta de qué color son las nubes. Y esta responde que blancas. Él le pide que mire otra vez, que se tome un tiempo para mirar de verdad. Y entonces ella ve que las nubes son blancas, rosadas, doradas, con un borde gris... Creo que de eso se trata: mirar el mundo, no con inocencia (sería lo ideal pero ya no se puede) sino con atención. O, si lo prefieren: con inocencia y atención. Y también mirarse a sí mismo: indagar en nosotros mismos, en nuestros miedos y deseos,en nuestras nostalgias y nuestras alegrías, esas que son sólo de nosotros y tratar de darles forma con palabras; no conformarse con las primeras palabras que parecen describir nuestro estado de ánimo, o que resumen nuestra experiencia, sino indagar en los matices, en las sugerencias, en lo que se resiste a mostrarse. Cuando miramos y nos miramos superficialmente utilizamos palabras y expresiones superficiales porque son rápidas y cómodas.
Entonces, un doble movimiento para identificar y apartarnos de los lugares comunes: mirar hacia afuera y hacia adentro. Hacia el mundo y hacia sí mismo.
Hay, por supuesto, otras formas menos "trascendentes" para apartarse de estos lugares tan comunes: identificarlos, saber que existen, leer nuestros propios textos como si fueran ajenos, apoyarse en una especie de "inversión paródica" del lugar común.
En fin, no sigo para poder leerlos.
Concuerdo,
La escritura como un doble movimiento: un mirar al mundo "con inocencia y atención" para penetrarlo, y mientras, en el acto de adentrarte en él, dejarse llenar por ese mismo mundo que se percibe, interno o externo.
Entonces escribir...
Hay una frase de Augusto Monterroso que dice: "conozco a tantos ecritores magníficos sin nada que decir..."
¡No seamos esos! Y la solución es la que mencionas, @rjguerra, contemplar el mundo con verdadera atención.
D.
Estimado @decomoescribir, su post me parece que reúne una serie de ideas muy valiosas, expuestas con claridad y argumentación. En principio, estoy de acuerdo con el hecho de que los que escriben, particularmente, los que se dedican al texto artístico, deben cuidar sus temas, historias, giros, expresiones, etc. También con que el escritor debe observar y revisar lo que escribe, ser su primer y principal crítico. Ahora bien, hay algunos aspectos de lo que dices que me gustaría comentar.
Borges sospechaba del imperativo de la originalidad; incluso pensaba, en consonancia con el pensamiento de Platón, que el crear o inventar, era más bien descubrir, recordar (como reflexiona en su conferencia "La poesía" de Siete noches). Incluso, llegará a decir en su ensayo "La esfera de Pacal": "Quizá la historia universal es la historia de unas cuantas metáforas". Estimo que, efectivamente, la originalidad es muy relativa, para decirlo rápido y sucintamente. ¿Dónde estaría la 'originalidad' del texto creativo? En su perspectiva, el tratamiento de su objeto, en el lenguaje.
Y aquí surge el problema del "lugar común". En verdad, el uso de expresiones gastadas, trilladas, resta valor e interés a un texto creativo. Pero, esas mismas expresiones podrían ser usadas para decir su contrario, descubrir su lado oculto, desautomatizarlas, desrealizarlas. Lo que ha sido hecho sobre todo en poesía (pienso, por ejemplo, en el poeta, recientemente fallecido Nicanor Parra o en Ernesto Cardenal, cor citar solo dos).
Creo que uno de los modos -uno de los principales, en mi visión y experiencia- de deslastrarse de los "lugares comunes", o de la frases fáciles, es mediante la lectura atenta de autores y obras de relevancia o significativos en el decurso de la literatura. Así se lo comunico y propongo a mis alumnos, y a jóvenes que incursionan en la escritura creativa. Es necesario nutrirse de la mejor producción literaria, y hacerse de cierta modestia. Con frecuencia sucede que se ha leído poco, y, sin embargo, se pretende escribir y publicar con cierta ligereza.
Agradezco sus pertinentes reflexiones, y comparto esa necesidad del taller (sobre todo, el taller propio).
Saludos.
PD: Si no estoy errado, la frase acerca de la vida como un cuento narrado por un idiota es de Shakespeare, aunque pudo decirlo también Tolstoi...
@josemalavem, ¡excelentísima aportación!
El arte es subjetivo, la originalidad también y la creación es una combinación de elementos existentes en una nueva forma.
Sin embargo, a pesar que el arte es subjetivo, es muy fácil detectar cuando un músico, por ejemplo, tiene dominio de su instrumento y cuando otro no lo tiene; a pesar de estar "creando desde el corazón", o cualquier definición romántica que se le quiera atribuir al hecho de estudiar y ejercer el arte.
En la literatura ocurre lo mismo. Hay creaciones más novedosas que otras, por ejemplo, si piensas en un pirata y tu personaje principal tiene un parche en el ojo, una pata de palo y un loro en el hombro... quizá no sea tan subjetivo decir que estás utilizando un lugar común.
Si quieres crear una historia de piratas y utilizas a un hacker como protagonista, necesitarás combinar más elementos en una nueva forma, para revivir el símbolo.
¡Gusto leerte, José!
¿Ya estás en la lista de escritores? Me gustaría incluir tu correo :)
D.
Hola, @decomoescribir. Sí, ya estoy en la lista de escritores que recibe el email de invitación que usted envía. Gracias. Seguimos leyéndonos.
Gusto :)
Algo muy importante de esto es que los lugares comunes no son los mismos para todos. Alguien que ha leído mucha literatura clásica y premios nóbeles tendrá otro nivel de experiencias con respecto a alguien que sólo lee best sellers de lectura ligera. Se compara esto con la pintura, y me parece una buena analogía. Puede haber una narrativa sin adornos y sin exageraciones, con construcciones de palabras magistrales y hábiles que podría compararse con pinturas extremadamente realistas, como pueden también haber pinturas surrealistas que confunden los objetos y los deconstruyen y los mezclan con abstracciones muy lejanas de toda realidad. En cualquier caso, el arte cada vez se va explorando más y dejando muchos lugares visitados. En la pintura cada vez es más difícil innovar y no recurrir a esos lugares comunes. Pasa lo mismo con la música. También es un asunto de gustos, ya que el arte más digerible y vistoso será el más popular y comprenderá un reducido subconjunto de lo más explorado y dominado.
La mejor conclusión y recomendación de todo esto es promover la evasión de esos lugares comunes. Pero siento que se promueve un estilo específico en el que se evita los "floreos" y lo que sobra. Pienso que esto depende de lo que a uno le guste leer o escribir. Sería como sólo promover la pintura realista en la que no se exajera ningún trazo. Pero pienso que esto implica promover un lugar común, que es lo que se está intentando evitar.
Muy interesante discusión.
Saludos, Daniel.
@elguille, ¡gracias por tu respuesta!
Concuerdo: los lugares comunes son distintos para todos, dependiendo el trasfondo individual-cultural-social de cada individuo. Pero algo que me pareció precioso de la entrevista a Luján, es que los lugares comunes trascienden los textos, y se impregna en nuestra forma de vida.
Sin darnos cuenta, habitamos lugares comunes, los vivimos –o mejor dicho–, somos vividos por ellos.
Un ejemplo: ahora que pasó el 14 de febrero, pensando en qué regalarle a mi pareja, ¿cuántas veces me vino a la cabeza comprar chocolates, y cuando los observaba en mi imaginación, curiosamente los veía en forma de corazón? Esa voz, ese automatismo en nuestros símbolos imaginarios, es un punto interesantísimo el cual observar y tomar distanacia. El texto es posterior, es consecuencia de nuestras perspectivas.
Donde tengo mis dudas es la dificultad de encontrar nuevas formas en el arte. Y utilizaré el ejemplo de la música: una misma nota, con la misma duración, puede ser interpretada de tan diversas maneras que es casi imposible agotarlas. Cuando esa nota la sigue un semitono, las posibilidades de interpretación se vuelven casi infinitas y las canciones son combinaciones de cientos o miles de ellas.
Considero que ocurre no solo en el arte sino en todos los campos de conocimiento y experiencia. En el siglo XVII consideraban que Newton había descubierto el lenguaje de la naturaleza. Punto, el hombre había comprendido el lenguaje de Dios y no ya no era posible una verdadera innovación el la física. Cientos deaños después, Einstein llegó con una nueva perspectiva y lo cambió todo. Y eso fue lo que Einstein descubrió: una nueva perspectiva del mundo. En esos mismos años, los cuánticos llegaron con otra perspectiva y Einstein terminó por aceptar que simplemente no la comprendía, y que se enorgullecía, de siempre volver a ser fascinado por la vida misma.
Yo creo que el arte es igual. Creo que el trabajo del escritor es encontrar esas nuevas perspectivas, pero antes de escribirlas, más importante es encarnarlas en nosotros mismos.
¡¡Gusto leerte, Guille, como siempre!!
Se aprecia el debate,
D.
En definitiva, Daniel, nunca habrán dos pinceladas idénticas entre distintos pintores, ni habrán notas tocadas con los mismos detalles por distintos músicos. En la literatura hay también esas sutilezas que hacen cada obra bastante única. Como bien decís, hay lugares comunes, tan comunes, que realmente alcanzan a ser algo como cultura general, incluso a pesar de fronteras físicas y de lenguajes o tiempos, por ejemplo.
Algo curioso de esto es que muchas veces se busca la universalidad, en el arte. Que es buscar los dramas medulares de la humanidad, como el amor o la muerte. Y estos a pesar de ser comunes, son justo como esas notas musicales que pueden ser tocadas de infinitas maneras distintas a pesar de ser las mismas.
En efecto, Guille, creo que nunca lograremos escapar de esos temas.
y creo, que aún estamos muy lejos de comprenderlos.
Afortunadamente, jeje.
D.
Por cierto, @poesiaempirica te ha retado aquí https://busy.org/@poesiaempirica/primer-reto-steemitficcion-mundos-posibles-nivel-2-continuacion-texto-inicial , espramos que podás participar :) Saludos
Ahora mismo lo reviso :)
D.
Hola, @decomoescribir. Me parece una información muy importante y un tema muy extenso. Solo hay dos cosas que no alcanzo a reconocer, una es que no dice que puedo reconocer el lugar común y segundo, aún más importante que llamas lugar común en la narrativa. Porque puede suceder que un lugar común para mí no sea lo mismo para ti o para otro.
Por otro parte, me parece interesante esto de los lugares comunes, porque yo he venido pensando en cómo conseguir que mis textos se sienta originales. Que me representen, que tenga una personalidad que lo haga identificarse conmigo. Y he tomado como método para salir de los lugares comunes el imitar. He comenzado a tomar la manera de escribir de otros escritores para ver que tal se me da esas técnicas e ir modificando la mía. He comenzado a estudiar como escriben los demás, cómo es su proceso de escritura, cómo han evolucionado... Pero, me he dado cuenta que esto me ha creado un pequeño problema, repito las imágenes poéticas que ellos usan y de la misma manera ( y eso se ha vuelto un lugar común), repito cosas de las misma manera, una copia.
Es difícil salir de los lugares comunes, y la originalidad creo que siempre está allí. Solo hay que desarrollar, tener paciencia.
Saludos
¡Interesante! y creo que tu forma es muy apropiada.
Me explico:
No confundamos la imitación con los lugares comunes. TODO arte, disciplina, ciencia, requiere la imitación para seguir construyéndose y encontrando nuevas combinaciones.
Te pondré el ejemplo del jazz:
Este género musical requiere la improvisación, un continuo "crear desde el corazón", de manera espontánea y en un solo momento... Lo que no saben muchos observadores es que ese "crear espontáneo" nació de miles de horas de los músicos de estudiar frases y más frases de sus compositores favoritos, para emplearlas, hacerlas propias, y darles un toque único casi de manera natural, en cualquier canción o circunstancia. Comprenden cómo sus músicos favoritos lograron ese sonido y los jazzistas aprenden a emplearlos en cualquier tonalidad, ritmo o circunstancia.
Lo mismo pasa con las letras. Aprender a imitar es aprender a escribir. Pero no es una imitación parecida a un plagio, es más una apropiación: comprender el sentido y la razón que otros escritores han implementado en sus escritos, y usarlo en los tuyos, con tu toque propio, con una intención personal... como si todos esos autores vivieran en ti y los tuvieras en la punta de tu lápiz, para utilizar uno u otro en una nueva y única combinación para crear tu lienzo. Nadie es dueño de los colores, así como nadie es dueño de las palabras... usa lo que te guste de tus escritores favoritos, pero antes, compréndelo y aprópialo para honrarlos creando nuevas formas.
Escribiré pronto más sobre el tema.
Y sobre la primera pregunta, ¿qué es un lugar común?, creo que puedes encontrar material valioso en la sección de comentarios.
Escribamos,
D.
Plenamente de acuerdo contigo, Daniel: " Aprender a imitar es aprender a escribir." La imitación consciente (y no la inconsciente, servil) es un gran procedimiento para aprender y aprehender las técnicas de los escritores que admiramos. José Balza, un reconocido escritor venezolano, fundamentó gran parte de su obra en lo que llama "ejercicios narrativos", en vez de cuentos o novelas, y en muchos de dichos ejercicios ejerce una mirada, un tono o una trama tomada de otro escritor. Y Bernardo Atxaga, en su libro "Obabakoak", tiene un irónico y muy útil "Método para plagiar", que, por supuesto, no debe tomarse literalmente. Así que, @spavan697, no debes tomarte con angustia la falta de originalidad.
(Hoy seré particularmente breve: hace unas horas nos robaron, a mí y a mi esposa, @adncabrera, las computadoras, entre otras cosas. No pensaba mencionarlo, pero sé que estoy entre amigos y, bueno, los amigos se cuentan esas cosas). Saludos.
Con el propósito de ejemplificarlo, @rjguerra, hace poco transformé un cuento de Andersen como si hubiera fundido el metal de una escultura para crear la mia, no obstante, si los miras con atención, es un completo "plagio" del texto original, aunque la trama, el protagonista, los personajes y la temática sean completamente distintos.
Compartiré ese ejercicio pronto :)
Pasando a la vida real, ¡lamento escuchar las malas noticias! Ojalá todo se reponga sin tantas perdidas.
Por otro lado, no sabía que ustedes eran esposos, ¡talentosos e inteligentes!, y con esa pasión por las letras.
¡Encantado de conocernos más!
D.
¿Qué piensas de los lugares comunes? como bien lo dice el autor en el video, es algo complejo, si bien es cierto que aprendemos por asociación, o por imitación, también es cierto que hay quienes quieren salirse de esos esquemas, pienso que todo es cómo y qué uso le des a las cosas. Por años se dice por darte un ejemplo en el campo de la investigación que quieren erradicar las investigaciones cuantitativas,pero, ¿ cómo erradicar algo, en un mundo que vive de estadísticas, de números y que forma parte del individuo y la sociedad?. Eso, mismo creo que podría pasar con los lugares comunes, cómo eliminar la fantasía, como eliminar los cuentos clásicos, cómo erradicar una tradición o literatura icónos que han dejado una palabra clave que menciona Lujan : "enseñanza" creo que el escritor en el lugar común debe buscar eso precisamente, ¿cómo lograron esos cuentos perdurar en el tiempo y en diferentes generaciones? @decomoescribir Propongo que se haga un taller de literatura infantil y juvenil, les hablo como docente sería interesante tomar lo positivo de " los lugares comunes" y cautivar a los niños de ahora , de este siglo atraparlos en historias que trasciendan y de este taller puedan editarlo @elguille . Muchos dicen y así lo creo, qué es difícil escribir para niños, pero si una historia para niños le gusta a un adulto (yo amo esas historias) El Caballero de la Armadura Oxidada, por ejemplo les encantó a mis alumnos, podríamos usarlo a favor este tipo de historias, pienso que una técnica para utilizarlo a favor, sería eso, a partir de lo que tenemos adaptarlo a nuestro tiempo, agregar elementos nuevos, ya eso es crear , cuando se escribe, se hace de lo que conocemos, de lo que vivimos y también de lo que imaginamos. Esto es mi percepción, tendría que profundizar más en este tema.
Interesante propuesta, en definitiva.
:)
Subiré contenido sobre literatura infantil.
D.
Siempre me han gustado las historias para niños, porque te afloran sentimientos, emociones y despiertan en tí lo más sublime.
Es genial.
D.
Hola, @rakupp. Hay dos colegas (su nombres de usuario son @eudisdiaz y @hlezama) de recientísima incorporación a Steemit que se dedican a la literatura infantil y juvenil y ya han publicado un post cada uno sobre el tema. Son profesores de literatura y dominan esa área de la creación literaria. Les sugiero que podrían leerlos e invitarlos para darle cuerpo a esa iniciativa, y perdonen la intromisión. Saludos.
Gracias, yo también los sigo.
Saludos,
D.
Gracias , ya los seguí. ! Igual a usted!!Saludos
Muy interesantes propuestas, Rakupp. En definitiva la literatura juvenil e infantil es algo que tendremos que explorar en @steemitficcion.
Me alegro que les guste la idea, pienso que para transformar los pensamientos, debemos cultivar las semillas y es precisamente en los niños y jóvenes donde tenemos que iniciar los cambios, y atraerlos al mundo de la " buena literatura"
Este es un tema complejo que puede ser el dolor de cabeza para escritores de poca o ninguna experiencia (como yo). En mi opinión el lugar común y los "floreos" son quizás herramientas para tratar de adornar tramas o contenidos que no ofrecen demasiado al lector. La mejor forma de evitar estos malos vicios de la escritura será entonces desarrollar una trama sólida y construirla de la manera más práctica y limpia posible, si toda la composición es armoniosa y esta bien estructurada no será necesario resaltar ningún elemento para lograr transmitir las sensaciones deseadas al lector. Claro, no es tan simple eso de tener buenas ideas y contar buenas historias, pero a lo que me refiero es que antes de buscar palabras y frases, hay que trabajar hasta el cansancio las ideas y la estructura que las sostiene. Una vez que se tenga bien armado lo que se va a contar, las palabras más adecuadas para contarlo llegarán con mayor fluidez.
El post está excelente @decomoescribir, me parece muy enriquecedor para esta comunidad, gracias por compartirlo.
¡Un gusto!
Concuerdo: una de las maneras más eficientes de ecnontrar los lugares comunes, es trabajando frase por frase, idea por idea.
¡Gracias por tu aportación, @flamendialis!
D.
Saludos para todos, en estos días alguien me preguntaba cuál era la diferencia entre la literatura y la subliteratura, término utilizado para clasificar las novelas rosa y otras cuya calidad literaria está en entredicho, y ahora leyendo el tema de este post pienso que la diferencia principal la demarca el hecho de que la subliteratura está plagada de lugares comunes.
Estoy releyendo Aforismos y Fragmentos de Leonardo Da Vinci, y uno de ellos dice: "ninguna investigación puede ya permitirnos escribir algo nuevo", esa afirmación fue dicha hace casi 500 años y me obliga a pensar en la dificultad para no caer en el cliché. ¿Cómo evitarlo cuando pareciera que ya todo se ha dicho?, ese es el trabajo por hacer y es precisamente esa dificultad lo que lo vuelve atractivo. Seguimos aprendiendo.
Charjaim, buenísima pregunta y aportación.
En mi respuesta hacia el @elguille y @josemalavem hablo un poco de eso. ¡Ojalá te sirva!
Concuerdo con tu conclusión sobre la "subliteratura", jeje.
D.
Totalmente de acuerdo y es lo que puntualizaba en algunas historias del taller. También vale para poesía. El poeta debe subvertir tópicos y reactualizar mitos, más allá de la discusión sobre el tema de “todo está dicho ya”; pero la creatividad, ingenio y facultad para sorprendernos siempre persiste como un reto en el autor.
Amén. :)
D.
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d.
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Hola Daniel, hace unos dias te escuche hablar en la actividad de Cervantes y me gusto mucho tu intervención. De verdad tienes muy buenos aportes. Me gusta mucho la lectura mas sin embargo soy un poco torpe a la hora de escribir. Te felicito, tienes mucho talento. Saludos desde Puerto Ordaz.
Estimada, Ana, ¡muchísimas gracias!
La "torpeza" es falta de práctica. Si tienes interés en escribir y aprender, como dijo Raquel, el primer paso es quererlo y no caer en pesimismos infundados.
Nadie nace sabiendo hablar, nadie nace escribiendo ficción.
Aquí aprendemos poco a poco.
¡¡Ojalá nos regales un texto pronto!!
:)
D.
¡¡Gracias!!! Espero que así sea...
@anabel23 no te subestimes, quien lee mucho, dudo que pueda ser torpe al escribir, y no se si estoy equivocada, pero "un lugar común " es precisamente eso no caer en que no soy escritora, romper con esos miedos alguien me dijo, por acá que cuando tenemos sueños, tenemos un arma poderosa en nuestras manos, y realmente lo comparto, nunca se es tarde para iniciar en el maravilloso mundo de la escritura, yo la considero la mejor medicina, sabes, las letras fluyen,pareciera que alguien te va diciendo que hacer, estoy segura que con @decomoescribir aprenderás mucho. Saludos desde Puerto La Cruz
Graaaacias!!! Saludos.