Fuiste la única.
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Miraste, donde nadie
más fue capaz de mirar.
Tocaste, donde nadie más
se atrevió a tocar.
Dijiste, lo que nadie más
se atrevió a decir.
Entendiste, lo que nadie
pudo entender.
Me diste, lo que nadie más
me pudo dar.
Me pensaste, como nadie
nunca antes había pensado en mí.
Me reí, contigo, como nadie
me hizo reír antes, fui feliz.
No tomé nada prestado, solo yo.
No pude decir nada que no sintiera.
fui yo otra vez.
Volví de un estado que
había olvidado.
Busqué lo que nadie se dió
la molestia de buscar, y
encontré lo que nadie encontró.
Atravesé lo que nadie fué
capaz de atravesar por alguien,
por ti.
Llegué al centro, del
mismo centro.
Me abrí para ti
como una flor,
cuando el sol toca sus
delicados pétalos por
las mañanas.
Miré más allá del abismo,
toqué la oscuridad, y vi la luz.
Te vi a ti, mi luz.
Viví, y te amé,
Morí, y te seguí amando.
Reviví para volver a amarte en vida,
y para escribirte uno más de mis versos,
uno más de mis poemas, un poema más
para la dueña de mi inspiración.
Fuiste la única que hizo y me hizo hacer cosas que nunca imaginé,
y todo eso por amor.