Desde hace un tiempo para acá y con más énfasis, mientras pasa ese tiempo, he comenzado a cuestionar mi estilo fotográfico; cómo conscientizarlo y tratar de llevarlo de la mano -y el ojo-, o si el me lleva a mi. Hay que tratar de marcar una distancia con las fotografías que uno mismo toma, pues, estamos muy inmersos para tratar de dar opiniones subjetivas sobre nuestro propio trabajo, que se alejen del proceso que nos llevó a realizarlas de tal manera.
Particularmente, me parece interesantísimo que las imágenes puedan generar tantas interpretaciones, aún cuando se corra el riesgo de ser mal interpretado, desde la hermenéutica se habla de ampliar el horizonte interpretativo, eso tiene una gran riqueza lingüística y semiótica. Un abrazo!
¡Que gusto siempre leerte sophia! En efecto es necesario lograr distanciarnos de nuestro propio trabajo, aunque particularmente creo que nunca podremos hacerlo por completo. Lo relevante en todo caso es nunca permitir que el estilo prostituya por completo nuestro arte.
Es acertada la comparativa que haces desde la hermenéutica, preguntaría yo; ¿Podría decirse entonces que la significación de la imagen se modifica según contrasten los horizontes del autor, el intérprete y aquel que valore lo interpretado? Un saludo @sophiakovalski