LA UNICA OPORTUNIDAD DE SER UN NIÑO I (TEMORES)
Científicos estadounidenses llevaron a cabo un estudio con una serie de niños para saber que oían exactamente al cabo de un día.
Colocaron micrófonos detrás de las orejas de los niños y lo grabaron todo durante 24 horas. Con los datos que obtuvieron, descubrieron que un niño —desde que nace hasta que cumple los ocho años de edad— oye unas cien mil veces la palabra «NO». Es mucho, ¿verdad? «¡No hagas eso!», «¡No pongas el dedo ahí!», «¡No toques la nevera!», «¡Hoy no saldrás a jugar!», «¡No pongas los pies sobre la silla!». Y otro dato chocante es que por cada elogio, el niño recibe nueve reprimendas.
¿Cómo queda la mente del niño después de tantas negativas? Se crea un montón de limitaciones y condiciona su inteligencia y su creatividad para ser «aceptado» por sus propios padres. El talento del niño desaparece poco a poco, y queda, en su lugar, una montaña de reglas y normas de conducta. Y eso, querido lector, sigue así de generación en generación.
Fuente: Lair Ribeiro
Libro: Con los pies en el cielo y la cabeza en las estrellas.
Cuando yo leí esta valiosa información, cambie por completo mi forma de dirigirme a los niños. Entendí el poder las palabras en nuestro inconsciente y la manera cómo afecta nuestros esquemas mentales, nuestras creencias y nuestra percepción del mundo.
En la niñez, los procesos de aprendizaje son muy rápidos, ocurren por simple modelación y repetición de lo observado en los adultos, por curiosidad y sobre todo cuando empiezan a preguntar el porqué de las cosas van comprendiendo su lugar en el mundo.
Si la palabra NO es la que más escuchamos de niños, saquen las conclusiones ahora, porque nos cuesta tanto, aventurarnos en nuestros sueños y proyectos personales: NO voy a lograrlo, NO soy capaz, NO PUEDO… ¿Les suena familiar?
En algún momento nos enfrentamos a nuestros miedos siendo adultos y todo esto viene alimentado desde la infancia cuando comenzábamos la vida y fueron “cuidándonos” sin saber las grandes limitaciones que generaron en el proceso, ¿Quienes?, si, nuestros padres.
Ahora bien. Sabiendo esto, son importantes dos cosas.
1ero. Revisar cuales NO que oímos en la infancia, tienen aún efecto en nuestra vida.
2do. Que “NO”, estoy implantando en la mente de un niño (hijo, hermano, alumno…) y como puedo cambiar mi lenguaje a uno más positivo y edificante.
Para finalizar por hoy, les comento sobre las imágenes que escogí para el texto. En ambas veo niños con una mirada particular. Evidentemente ellos estaban en compañía de un adulto, quienes proveen de seguridad, sin embargo veo en ellos un reflejo totalmente distinto, de hecho los invito a comparar con el post titulado “Sonrisas inesperadas del asfalto” o el siguiente a ese, donde aparecen unos rostros sonrientes que alegran el panorama.
¡El mundo es el reflejo de tu interior!
Fotos documentales del #retratodeunvenezolano - IG @mariamercet - https://www.instagram.com/mariamercet/?hl=es-la