Es una historia original, la subiré en medianas partes de 2 episodios cada post, son al rededor de 12, siéntate lee, disfruta y vive en un pequeño sueño.

Capitulo I

Había una vez...

Un Rey y una Reina que vivían en un mundo muy lejano, lleno de magia. Allí un arcoíris y un tornado aparecían y se desvanecían sin ninguna razón, tal cual desaparece un copo de nieve al tocar el suelo cálido.

En este lugar habitaban las más increíbles criaturas místicas. Quizás alguna vez las has visto, si no lo recuerda es porque las olvidaste al crecer.
Un día el Rey y la Reina en total secreto acudieron a un anciano que vivía en medio de un bosque distante. El viejo era conocido como el alquimista-hechicero más poderoso de todo el reino. Su visita fue por una razón, que éste con su magia les concediera un deseo, tener un bebe. No les importaba el sexo del infante, solo querían dejar su descendencia en el mundo.

El hechicero los recibió con afecto en su hogar, una cabaña construida con el tronco de un árbol enorme, por fuera se veía aparentemente abandonada pero en su interior era muy acogedora. Luego de escuchar la petición de los Reyes y sin pensarlo accedió concederle su deseo, con una condición. “La magia siempre viene con un precio”, les dijo con su voz de niño, que no se adaptaba a su viejo cuerpo. “Su majestades tendrán a su amado primogénito pero yo volveré a ustedes un vez al año por una década, a partir del nacimiento del bebe, y sus altezas me concederán un pequeño favor”, y sonriendo le toco el vientre a La Reina. Ellos aceptaron su propuesta y con un beso en la mejilla se despidieron del viejo mago. El Rey y la Reina se marcharon a su castillo en su carruaje escoltado por la guardia Real en una noche fría de luna azul.

CAPITULO II

Andrés...

Estuvo destinado a gobernar su tierra desde su nacimiento. Fue el primero de los trillizos, hijos de los Reyes Anabel y Joaquín, los soberanos durante la época de la pensada eterna primavera.
Rainha fue concebida para hacerle honor a su nombre, ser una Reina. Es la única hija de los siete descendientes de los Reyes del Jardín.

El día en que los caballos azules abandonaban el bosque oculto, las gatas de cristal cantaban en la orilla del lago encantado y el sol estaba en lo más alto del cielo, Andrés vio a Rainha mientras jugaba con su perro en una extensa pradera, ella tenía 9 años y el apenas 7.

Era una hermosa niña. Al correr sus cabellos rojos saltaban y Andrés se quedaba inmóvil ante semejante criatura que inexplicablemente emanaba de sí misma un suave olor a rosas pero perceptible a muchos metros de ella.
El enorme canino que acompañaba a la niña le salto encima a Andrés al percatarse que este se escondía entre los arbustos. Aunque en realidad no hayan sido sus sutiles movimientos entre las ramas los que lo delataran sino los dulces que llevaba consigo en su mochila. A lo lejos Rainha salió corriendo despavorida a socorrerlo porque pensó que el animal estaba atacando al niño aunque lo que hacía era lamerlo.

Esta sería la historia que le contaría a sus hijos pensó Andrés, 20 años después, el día en que se casó con Rainha, recordando el momento en que conoció por primera vez a su Reina con olor a rosas.
El tiempo siguió transcurriendo y luego de muchos intentos aun no podían concebir al fruto de su amor. Por eso cuando visitaron la cabaña del viejo alquimista-hechicero aceptaron sin pestañar concederle un favor ante la oportunidad de ser padres.