A continuación, un relato escrito para el Concurso de Microrrelatos MicroTerror256 organizado por @trenz, revisa las bases acá y participa!

Fuente

---

La Visita

Cuando Sveinn entró, el Rey de Copas lo miró solemne desde el suelo y la Reina de Espadas huyó, impulsada por la ráfaga que entró con él. Frente a él, en la sencilla mesa de su vecina, una taza y una botella. El resto del mazo cayó muerto cuando cerró la puerta.

La llamó y respondió el silencio. Miró alrededor, preocupado. Llamó inútilmente de nuevo, revisó la casa, cerró la ducha abierta. Le extrañaron los objetos en sitios imposibles, la toalla tirada en la sala. Encendió fuego, recogió las cartas y se sentó, esperándola.

Escuchó un golpe en la puerta, otro. Se levantó pero la mirilla no reveló más que nieve impulsada por la ventisca. Volvió a la mesa, empezó un solitario. Al rato, otro golpe. Creyó escuchar la voz de Jóna perdida entre el rugido ahogado de la tormenta, abrió la puerta. Nada. Cerró la puerta.

Se sentó, reanudando el solitario. Vio incrédulo a la botella levitar un par de metros, la escuchó partirse y el dolor acompañó a la sangre tibia por su nuca. Luego, la taza flotó para acelerar un momento después y lanzarse contra él. La esquivó. El televisor se desprendió de la base en la pared, balanceándose pesadamente en el aire, aterrorizado, tomó su abrigo, abrió con esfuerzo la puerta y salió a la tormenta.

Corrió a su hogar, cegado. Siguió el sendero, subió la pequeña escalera con peldaños cubiertos de nieve. Tropezó. Cayó pesadamente, sus dedos agarrotados tocaron algo inesperado bajo la nieve. Cavó.

Era Jóna, desnuda sobre la nieve.