¿Quién soy?

Esa es la pregunta del millón. Cada vez que miro al horizonte y observo la vida que hay frente a mí, me escalofrío, pues no sé ni cómo llevarla a cabo.

Hace mucho que decidí viajar a Tailandia, a descubrir nuevos mundos, pero era cierto que quería encontrar respuestas, o ¿realmente lo que estaba buscando era encontrarme a mí misma?

Un día me levanté y me asome a la ventana y vi un gato apoyado en la barandilla de mi terraza.

Era un gato precioso blanco, sereno, no se asustó por mi presencia, no se percató ni de mi compañía.
Este gato miraba el horizonte lo contemplaba con Amor❤️en la barandilla de mi terraza.

Me senté cerca de ese gato y miré al mismo sitio que estaba mirando el y me imaginé mi vida así mirando al horizonte con una paz tan grande que incluso podría contagiar a las personas que se acercaron a mí en ese momento.

Por desgracia ese gato se fue y no le volví a ver y yo desde aquel día, sigo contemplando el mismo horizonte para entender si algún día puedo llegar a encontrar las respuestas que encontró aquel gato.