Entrevista con... Michael Jackson
Yo no sé cómo hacía para no caerse de tanto que bailaba, naweboná hasta caminando el hijo de puta.
Siempre había querido visitar Tokio. Me parecía arrechísimo, no sé, siempre me había atraído. Y cuando pude visitar tierras niponas, nojoda, parecía carajito en Disneyland por primera vez. Cuadré para pasar fin de año por allá, era el año 1992, y estaba súper emocionado. Me iba el 28 de diciembre. Agarré mi vuelo con Lufthansa o como se escriba esa verga, desde Maiquetía hasta Frankfurt. Naweboná recuerdo que llegué y tenía el culo CÓNCAVO… le debía culo al mundo. Y luego otra jornada más hasta llegar a Tokio. Estaba desesperado por llegar a un hotel y lanzarme en esa cama, vergación de mamante ese vuelo.
Llegué a la vaina, y todo el mundo hablaba de Michael Jackson. Yo no entendía una mierda, porque no sé nada de japonés, pero el nombre lo decían en inglés pues. Y yo, wachiwacheando aquí y allá, agarré un taxi, me llevó a un hotel ahí bien depinga donde me pude hospedar. Mi idea, era pasar que si dos semanas allá, turisteando y vaina, hasta que llegara el 12 de enero, fecha en donde vería en vivo a los Guns N’ Roses. De hecho, fui burda de agallúo y conseguí entrada pa’ las 3 fechas jijiji.
La vaina empezó con la arrechera del concierto de esos maricos en Venezuela. Empezando por la maldición que fue tener al Conde como telonero de los Guns. LA BURLA PUES. Y aparte porque en General no se escuchaba bien y no quedé a gusto. Así que hice magia y aproveché que un pana iba a visitar a su familia allá en Japón y le encomendé la vaina. Después de múltiples mentadas de madre y promesas de que más nunca me haría un favor así, me dijo que había coronado las entradas. Naweboná yo estaba que acababa por los poros.
Así que llegué al hotel y vaina, hice check-in, y subo a la habitación. El jet-lag me tenía molidísimo por lo que agarré y dormí como por 10 horas, no sé. Me paro y veo por la ventana, y la gente afuera caminando cuales hormigas, la vaina era impresionante. Fui y me eché un baño, me arreglé y salí a caminar. A turistear pues. Me puse a caminar por ahí, en el centro de Tokio, quedándome loco con las vainas que esos coñosdemadre tienen y hacen en su ciudad. Y paseando por ahí, llego al grandioso Tokyo Dome. Me quedé de piedra viendo la estructura, pero sobretodo viendo el coñazo de gente haciendo cola. Pensé en ponerme a hacer la cola a ver si alcanzaba la leche, pero me acordé que ese es un país desarrollado. Además que el mega coñazo de afiches de Michael Jackson delataban la intención de los allí presentes.
Sigo caminando y pronto me topo con un imitador de Michael, haciendo su “show” en plena acera. La gente lo veía de lejos en la cola y se tripeaban el asunto. Otros pasaban y le soltaban alguna que otra moneda de cualquier denominación en el sombrerito que el bicho había puesto en el suelo. El carajo estaba vestido que si IDÉNTICO al Michael verdadero, con la chaqueta esa militar con dorado, pero se veía como de mala calidad pues, como de imitación. Y aparte, estaba como que full maquillado, como que demasiado blanco. Eso sí, el carajo bailaba igualito a Jackson, es que no le perdía pisada. Lo raro es que el pana no paraba de bailar. Me estaba cansando ya solo de verlo, sentía que en cualquier momento se iba a desbaratar como una lavadora vieja. Nadie le hablaba, solo algunos que lo veían pero nada más.
No sé por qué, me pareció adecuado hablarle y preguntarle cómo era tan arrecho bailando y cómo había logrado parecerse tanto al estilo de Michael pero con tanta gente alrededor casi no lo escuchaba:
KK: Chamo bailas burda de arrecho won, naweboná, te pareces igualito al verdadero Michael.
Doble: GRACjksdhfkjdf AUNQjdfhjdf EL VERDskdjfhskdj dkfjsdfkCKSON.
KK: ¿Qué coño dijiste? Marico no escucho nada.
En ese momento el carajo, hace el moonwalk hacia mí, se inclina y me dice al oído:
Doble: Es que yo soy el verdadero Michael Jackson, pero por favor no grites ni nada que eso supondría para mí un grave riesgo de seguridad.
KK: ¿¡PERO QUÉEEEE COOOOÑOOOOO?! ¿¡ME ESTÁS JODIENDO VERDAD?!
MJ: (sin dejar de bailar) Es en serio, pero por favor no sigas gritando. Si quieres vamos a un sitio donde podamos tener más privacidad…
KK: Mierda marico, no salgo de mi asombro. Pero ya va, ¿cómo sé yo que eres el verdadero y no algún mamawebo que me quiere robar?
MJ: Acompáñame y lo sabrás.
Tenía el malicioso a millón y me acordé que había comprado una navaja de esas de la Swiss Army y tal, así que si el carajo se ponía belicoso, aunque sea una puñalada se llevaba el remardecío. Pero no, el carajo recogió el sombrerito con cuidado y se encaminó hacia una especie de casa colonial que estaba como a una manzana de un hotel arrechísimo cuyo nombre no recuerdo porque era una verga japonesa toda rara… Shushiwo, Otakenchu, no sé una mierda de esas. El bicho agarró y tocó 3 veces a la puerta y abrieron rapidísimo ni bien había terminado de tocar el tercero. “¡SEÑOR MICHAEL!” “¿ESTÁ BIEN?” Él vio que los guardaespaldas iban derechito a mí pensando que lo iba a atacar y él los paró en seco. “Él viene conmigo” dijo y pasamos.
Resulta que la vaina era una entrada secreta para los artistas más arrechos que se quedaban allí, para que los paparazzis y fans no los molestaran. Era un pasillo inmenso y de verdad que con tan poco movimiento por allí, la vaina pasaba colada. Me quedé con la jeta en el subsuelo al ver todo aquello. Y Michael ahí, súper rela. Eso sí, el carajo hasta caminando bailaba, naweboná, llegaba un momento en que provocaba meterle un tate’quieto. Parecía un carajito de esos que la mamá nunca pudo controlar, todo hiperactivo. Seguimos caminando hasta una puerta que si de mármol y resulta que era una pared secreta y todos pasamos por ahí. Se escuchaban los gritos desaforados de la gente porque sabían que el bicho se hospedaba ahí. Subimos de una directo a la habitación y entró todo aquel coñazo e’ gente. La habitación era el puto pent house del hotel y era la vaina más impresionante que yo haya visto. Inmenso, tenía de todo esa verga. Los bailarines en una sala ensayando; los guardaespaldas, que eran sopotocientos, paseando por toda la habitación; la gente del hotel trayendo comida y bebida, en fin. Total que en ese momento, Michael se me queda viendo y me dice:
MJ: ¿Qué te parece? ¿Ahora sí me crees?
KK: Marico, esta mierda es impresionante, naweboná. Es todo tan… webón no, qué arrecho.
MJ: Tranquilo, no eres el primero… mis bailarines también se asombraron, pero ya se acostumbraron. Les doy lo mejor para que me den lo mejor.
KK: Marico ya va, hay algo que no entiendo. ¿Qué coño hacías tú allá mezclado con aquel coñazo de gente?
MJ: Estaba reuniendo (sigue bailando) para mi fundación *Heal The World. Es un compromiso que tengo con los niños de todo el mundo.
KK: Qué mal intenso won jajaja, bueno pero depinga pues. Pero coño, ¿no es como muy riesgosa esa verga? Aquí tenías a esta gente más cagada que carajito jugando Silent Hill por primera vez.
MJ: No entiendo esa (hace pasos de baile más arrechos) comparación.
KK: ¡MARICO, ¿TE PODRÍAS QUEDAR QUIETO UN MOMENTO? VERGACIÓN.
Justo ahí, todo el mundo se quedó de piedra viéndome. Pero Michael en efecto se paró, y dijo entre risas:
MJ: Disculpa, es que siempre antes de los conciertos entro en esta fase de nervios.
KK: Te entiendo marico pero es que naweboná, ya me tenías mareao’ viéndote. Ajá ve, yo siempre he querido preguntarte algo… ¿cómo carajo lograste ser tan exitoso? O sea, ok, tus canciones son depinga pues, pero marico o sea, lo tuyo parece de otro mundo.
MJ: Creo que es hora de que veas mi secreto… ¡DAMAS Y CABALLEROS, POR FAVOR, NECESITO QUE ME DEJEN A SOLAS PARA CONCENTRARME! ¡SOLO… ¿cuál es tu nombre?..
KK: Bashir…
MJ: ¡SOLO BASHIR SE QUEDARÁ CONMIGO!
Todo el mundo salió y vaina y nos dejaron a solas. El carajo en eso, se arremangó las mangas de la camisa y mostró una cicatriz… en forma de pentagrama. “HIJO DE PUTA, ESTE BICHO ES SATÁNICO” fue lo primero que pensé. El carajo señaló sonriendo la cicatriz, y luego señaló un puñal plateado, encima de su mesita de noche. Luego me llevó hacia su baño privado y señaló unas velas negras dispuestas en forma de pentagrama también.
MJ: Como ves, le vendí mi alma al diablo a cambio del éxito y la fama.
KK: …
MJ: Tranquilo, no voy a invocar a nadie ni mucho menos. Pero ven, salgamos de acá.
Yo estaba que no podía hablar. De pana. El carajo para calmarme, me dio 1 pase All Access para los dos conciertos que iba a tener el día siguiente y el 31. Me dijo:
MJ: Tú viniste a Tokio para ver a Guns N’ Roses, ¿verdad?
KK: … sí… ¿cómo carajos sabes eso?
MJ: Tu franela de la banda me hizo pensarlo.
Enseguida salí del asombro y nos cagamos de la risa. Luego de eso me medio calmé y él volvió a gritar para que la gente pasara. El carajo era burda de pana, y hasta me dijo para que me quedara allí con él. Fue medio rara la vaina, pero es que resulta que el pent house ese tenía un montón de habitaciones y vaina, pero un mega coñazo, entonces fue burda de bien. Hasta me cuadré una de las bailarinas que eso la voltié como una media.
Fui a los dos conciertos de ese webón, todo desde un sitio especial donde se veía todo a la perfección. Qué sorpresa me llevé cuando vi al mamawebo de Slash apareciendo para tocar en ambos conciertos. Arrechísimo. Michael luego que se fue, me dejó el pent house pago hasta el día en que debía retornar a Venezuela. Aprovechó para decirme que tenía planeado hacer un concierto en Caracas pero se me olvidó que fue lo que hablamos al respecto.
P.D.: El día en que todos se fueron y yo me quedé, salí corriendo a la primera iglesia que conseguí y me llevé un pote lleno de agua bendita y lo eché por toda esa mierda, la pinga. Ah, y los conciertos de Guns estuvieron súper brutales.