Habibi - VII.
Fue suficiente verlo caminar con la seguridad
que lo acompaña siempre para sentir como se moja
y estremece todo mi interior; al sentarse en el lugar
dónde sus pasos lo llevaban, voltea cínicamente y
me da una de esas miradas que no se pueden
describir fácilmente pero que hacen que mis ganas
de tenerlo cerca sean expulsadas por cada poro de
mi cuerpo ¡y me estremezco! Una vez más intento
controlar mis impulsos, reacciones y pensamientos.
Así que intento concentrarme en un ejemplar, que
llevaba leyendo antes de verificar que exactamente
era la persona que llevaba días deseando ver,
aunque no de la manera que lo había imaginado.
Leí y releí la línea dónde me había quedado antes
de desconcertarme con su mirada, pero no pude, no
pude lograr olvidarme de órdenes, sombras, deseos,
espejos y orgasmos. Porque realmente fue un
orgasmo conocerle y un verdadero placer
encontrarlo por allí, una noche de Mayo, una noche
de la semana que con él soñé y entre orgasmos me
desperté, ¿cómo sé que fue con él? Por mis fluidos, lo
comprendí, por eso me descontrolé al ver a la
persona que conversaba con un amigo, tal vez, que
lo vio al pasar.