Un poema para el camino.

Una calada de cigarrillo, el humo que asciende en el cielo nocturno y se disipa, perforando a la luna, brillante y escondida, en las nubes sumergida.

Ante mi los trozos rotos de una taza aun humeante, mi cabeza es una nube, mi pecho solloza llameante, ya no se si tomaba te, o quizás si era café, solo se que fue un golpe, como si de un rayo se tratase, esta noche queda la luna, y el cigarrillo que la acompaña, mil canciones de cuna, tres poemas y una araña.

Si te miro soy luz, cuando no, no brillo tanto, cuanto tiempo mas ha de pasar en una prisión de cristal, ¿cuanto tiempo ya llevas esperando?, no se si han sido días, o quizás un año, te veo ya un poco viejo, nostálgico y huraño, por dentro algo resquebrajado, como vidrio cuarteado, por fuera sonriente, siempre benevolente, escondiendo tus pesares de la vista de la gente.

Mírate, siéntete, escuchate, medita, la vida esta llena de margaritas, lirios y girasoles, las espinas tienen rosas y los tallos tienen flores, a veces por un río de cactus hay que caminar descalzo, a veces es un amigo quien te lleva del brazo, pero siempre hacia adelante, con la vista hacia el ocaso, yo voy contigo y llevo agua por si acaso.

Respira, nada ha sido en vano, el aire enrarecido de hoy, mañana sera liviano, hoy los lirios no abren, las rosas no tienen flores, hoy el jardín se durmió y perdió todos sus colores, un poco de tiempo y agua divina de lluvia, una borrasca fuerte, que se lleve las penurias, tres tragos de ron amargo, y a sacudir el polvo, que este camino extraño, es un camino sin retorno.

Una calada de cigarrillo, la luna que me guía, una caída fuerte no es el final de la travesía, al final no importa mucho si te quedas esperando, lo importante sin embargo, es que sigas caminando.

fuente

JDQ