A las heridas desgarradas del alma.
Gracias por todo, amada Tierra,
Pero contra el sistema.
Ni luz ni calor
Y el éxito - en las manos del reloj de oro para sonar.
Nosotros dos no podemos quedar
Nos parece que aprendemos.
Adelante chicos, sigan manteniendo
Pero las mariposas en el estómago.
Humo estirado en el cielo plateado.
Sombreando el óxido de blasfemia y alabanza.
Aquí canto las serenatas de castor a gusto.
Cuán pocos de los que se divierten a la hora...
Solo sé, cada vez como en el cielo,
En las rodillas sucia sed apasionada.
Plata brillaba en él.
Y entonces experimentamos el amor.
Por fin empieza solitaria
Sí, traicionado, no guardó esas palabras.
El parquet chilla sin sentido.
"¿Por qué me hablas tan extrañamente?".
Que tu alma ya no será rastro de mi locura.
Otoño infinito amor mundo.
Que sea culpable.
Balanceando como escalas.
Qué quieres de mí.