Dueña de mis buenos sentimientos.
Irrumpió como de costumbre, aquella energía y sacudida peculiar, donde se estremecen mi mente, cuerpo y alma; haciéndome perder el equilibrio con toda esa energía que traería.
-¿Por qué has tardado tanto? Ya ha pasado un buen tiempo desde que no llegabas por aquí.
-Discúlpame. -me dijo.
- ¡¿Eso es todo?! ¡¿Disculpame?! -le reclamé en tono tajante y mi voz filosa.
-¿Que más podría decir, querido? -se tornaba tranquila como si no hubiera notado mi voz subiendo de tono.
- Mínimo una explicación, ¿por qué te has desaparecido? ¡Solo llegas, haces lo tuyo y te vas¡
El silencio era cortante en el pequeño lugar.
Se movió lentamente, fijaba su mirada curiosa e interesada en cada objeto de esa habitación. Mientras estaba en ese punto tan cerca de mí, tan perfecta y hermosa; podía sentir el oleaje de ideas en mi mente.
Me sonreía como solía hacerlo, pero esta vez quería saber la respuesta de sus desapariciones, quería una explicación.
-Se lo que estás sintiendo -me volvió a mirar-. Pero, ¿por qué no has actuado?
-¡No quiero hacer nada! Te volverás a marchar nuevamente, me abandonas siempre que puedes.
-¡Oh, querido! ¿Si sabes lo que dices?
Ella siguió hablando.
-Observa a tu alrededor. -Me dijo.
Fije mi mirada alrededor de la habitación: oscura, repleta de un silencio sepulcral, y nada.
Al darse cuenta de mi molestia siguió hablando.
-Antes de que llegara, estabas observando todo en este cuarto; ahora que estoy aquí, intentas ver todo igualmente a como lo hacías, y sabes que ves más allá desde mi presencia en este lugar.
-Sigo sin tener una explicación. No me respondes directamente.
-Estas pensando a poca profundidad. Llego siempre que intentas calmar tus pensamientos; no lo sabes, pero vengo a sacar y expulsar la belleza que posee cada uno de tus sentimientos, y plasmar tu alma.
-Creo qué... creo que te entiendo.
-Observa todo tu alrededor, buscas forzosamente tenerme a cada momento. Pero, querido, no puedo quedarme todos los días.
-¿A qué te refieres? -Me tornaba confundido.
-Estoy en todos los rincones de tu habitación, desde tus emociones he nacido una y otra vez para expresar tu belleza del corazón, siempre que me sepas encontrar yo llegaré -Mientras hablaba, se movía con gracia por cada lugar de la habitación, con delicadeza, como si estuviera interpretando una obra teatral.
Mientras notaba la sorpresa en mi rostro, me observó con cautela y continuó con sus palabras.
-Todos esos pensamientos convertidos en arte, poesía, escritos y cada una de tus expresiones, son tuyas. Solo debes saber esperar y te mostraré el camino para plasmar esa perfecta imperfección de tú ser.
Me quede atónito. Mientras mis pensamientos se aglomeran y mis ojos recorrían la habitación. Cada rincón oscuro se iluminaba de ideas, cada pequeño detalle se convertía en la obra más grande. Comprendía de lo que hablaba.
-Estaré en deuda contigo, me has sacado de la oscuridad más de una vez, no sé cómo agradecer.
-Solo sigue haciendo lo tuyo y nunca olvides que estoy siempre en los pequeños detalles, vengo desde el dolor y los sentimientos. Siempre estaré para tí cuando sientas dolor, tristeza, remordimiento, amor o felicidad.
Mis sentimientos se cernían violentamente sobre mi ser, sentía calidez recorriendo mi mejilla; levante la mano para limpiar mi cara, mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.
Encendí las luces, tome mis libretas y mis lápices.
Mientras sonreía satisfecha, ella se marchaba, se detuvo, y se volteó ligeramente viéndome cuando la llamé.
-Gracias. Siempre haces falta, espero volver a verte. Espero que tu ausencia sea breve. Te estaré esperando, amiga inspiración.
Hola muchas gracias por participar, excelente narración, saludos!! :)