Apuesta inevitable.

He estado mucho tiempo en calma, he tenido que apostar aquello que tanto me ha costado, di al azar la herramienta fundamental de mi arsenal. Mi paz tuve que poner en riesgo, me lancé a las garras del mundo y de la monotonía, una jugaba peligrosa, así lo veo yo. Tuve que sentarme a narrar aquellas rimas que sin saberlo iban deacuerdo a las mejores liras, y sin conocimiento de lo que hacía, iban fluyendo aquellas letras que a mi alma atormentarian.

Desde luego que atormentan, porque hinchan mi pecho, perforan mi cabeza; para que vaya sacando esas palabras. Ya creía que había muerto en mi, pensaba haber acabado con este arte, o ¿como pudiera llamarlo? ¿Pasatiempo? ¿Pasión? En fin, es algo tan necesario para mi, como el opio en los tiempos eduardianos.

Mi corazón late con fuerza, aquella fuerza que si se puede llamar pasión, y que voy soltando como virus atrapado en el cuerpo.

Me he acostumbrado a la vida del hombre, tan monótono, tan absurdo, que la pasión se ha ido en un segundo.
Me he ido moldeando para sobrevivir en esa jungla que llamamos ciudad,
pero no tiene diferencia de una selva donde solo hay animales si la analizas a profundidad.

Todos cazando el dinero, otros, solo sumisos ante los cazadores y se dejan utilizar para producir más y más para ellos. He tenido que convivir ante la gente que tanto evite, la bondad he tenido que guardarla, he querido ser bueno, pero las circunstancias no me lo permitían; he tenido que endurecer mi carácter para no dejarme absorber por lo vil.

Va así la cosa: al ser tan bondadosa, las personas malas te absorberán y dañarán, estaba ocurriendo y no debí dejar que pasara, entonces temple mi carácter, forje mi semblante para no dejar entrar lo corroído de otras almas entrar.

Sin saberlo me fui volviendo astuto, tramposo en muchos sentidos, mi mente entrenada para ser justa, me decía que era lo mejor para que no se aprovecharan de mí, mientras no haga cosas impuras.

En ciertos días, cuando me cansaba tanto la vida, comtemple la idea del suicidio, sería algo tan fácil y sereno lograr ese mérito por mi cuenta, arrebatarle mi vida a mi cuerpo por mi mano, y tener un descanso. ¡Pero no! No lo haría, quería luchar por mis pasiones, dominarlas y explorar cada una de ellas.

La persecución del dinero en esa selva, vuelve salvaje a cualquiera en ello me incluyo, he dejado que la avaricia tome de mi un pequeño impulso, pero eliminado esta ya, no dejaré que este mal me vuelva a dominar.

Aquí puedo observar poco que poco la pasión desbordando desde lo más adentro de mi corazón sagrado,
Con rimas de testigo que al hacer esto por horas es mejor que cometer un delito.

Si no pudiera desbordar esto, debería desahogarme con asesinato o un atraco, menos mal la bondad de mi corazón ha permanecido.

En esa jungla se encuentran almas buenas, que no saben que lo son, y almas malas que pueden a llegar ser muy buenas, y con ellos comparto el pan y mi tiempo. Fue una jugada de alto riesgo que tuve que hacer por mi futuro, no me quedaba de otra.

Esa jungla maloliente y manchada en cada rincón, que empieza revoloteando el sonido por todas las esquinas al llegar el día. Te consumirá si no sabes en ella caminar. Los animales de este lugar, te devoran si no te sabes cuidar. Debes ser astuto, solitario, sin necesidad de nadie. Debes ser un zorro de astucia, entre esos grandes depredadores. Esta selva es peligrosa, llega de peligros, sin tiempo a nada te podrás perder rápidamente, así que huye de ella, ¡huye! Si puedes de la ciudad.