Soy noventero: del despertar adolescente a mi identidad como cantante de black metal
Nacido en 1978 como un feliz vástago de mis circunstancias, me siento eternamente noventero. Soy un individuo que se identifica aún con esa década de fusión y confusión, que al mismo tiempo dejaba atrás y rescataba el romanticismo utópico de los 60, la psicodelia altermundista de los 70 junto al nihilismo oscuro y el glamour comercial de los 80. Era todo y nada al mismo tiempo, en que se perdían los cánones anteriores para generar un sinsentido profundo. Así nació el grunge, el cual acabó con las limosinas y fortunas de las bandas de rock glam y mostraba un estilo que mezclaba ropa formal de vestir con jeans rotos y franelas con mensajes polémicos. Era una respuesta a los excesos de la década anterior, del consumismo y el conformismo, así como un revival del punk como concepto social.
MTV era un refugio. Allí podías escuchar por igual a Björk, Coolio, Beck, Bush, Marilyn Manson y toneladas de rock alternativo; fui fanático de los Chicago Bulls y visitaba a un amigo para ver canales en una parabólica mientras Benetton y Kickers eran la moda pero los Airwalk eran la alternativa. Cuando te comprabas el disco NOW! para escuchar lo menos underground pero potable, mientras intercambiabas CDs para grabar cassettes en tu casa, esperando poder hacerlo en "TDK de cromo" pero aceptando cuando eran sólo Sankei transparentes comprados en los chinos. Momentos del rapcore, el nümetal, del apogeo del death-metal,
Para mí fue ver un MTV que le daba miedo a mis papás, porque odiaban a Marilyn Manson. Y a mí no me gustaban tanto, tampoco White Zombie o Biohazard, porque "yo era thrashero". Es decir, un metalero de los más duros, de los que escuchaban "eso que cantan waaaaaaaa" como aún dice la gente.
Así pasé de escuchar "changa" y "rigi", e incluso Sting, de mi preadolescencia por mis primeros discos de metal (entonces bastaba decir "rock" para asustar y dejarlo claro): Guns N Roses, Metallica, Nirvana, Testament, Sepultura, Hypocrisy, Massacre, Carcass, Deicide, Samael, Tiamat, Cannibal Corpse, Extreme y muchos más. De ir a los conciertos de Iron Maiden, Gillman, GNR, Sepultura con los maracayeros Epitafio, Pantera, Zapato 3, Desorden Público, Alimañas, Krueger y decenas más de bandas locales. Casi siempre después de bebernos una botella de anís y tratar de pagarle 500 bolos a un Guardia Nacional para colearte por la pared. De aprender a fumar para encajar y tener la primera novia. De ser mal visto por los vecinos, de pegar afiches en la pared y de dejar de llegar a la casa a dormir.
Fue la época de las miles de tribus urbanas, que llegó a decenas de especiales en RCTV. Cuando se hablaba de las "sectas satánicas" y los "comegatos". Yo fui uno, con mi "camisa de mostro" reunido en las escaleras de la Alcaldía de Maracay, luego nos íbamos caminando a la Plaza Bolívar y finalmente "al punto", que era el entonces podio vacío donde ahora hay una nueva estatua de Miranda, en la calle que conecta la Bermúdez con la Avenida Fuerzas Aéreas para ir al Terminal. También habían woperós, punks, posmos, patineteros, rastas, raperos, surfistas, skasosos y otras.
Entonces fundé mi primera banda: Dalhet, que era una especie de hardcore-metal en la que hice mis primeras apariciones en público. Me invitó mi amigo John, a quien conocí en la escuela. Tenía algo de cabello largo, ni siquiera por los hombros, una cruz invertida en el pecho y 16 años. Estudiaba, supuestamente, en la Universidad Simón Bolívar, pero me venía para Maracay a veces el mismo día que salía a ver clases en la mañana. Era muy fácil ir y venir de Caracas. Recuerdo que en mis conciertos usaba una franela que regalaban con Ketchup Heinz que yo había manchado por todas las orillas soplando humo de cigarillo dejando una marca horrible de nicotina que no se caía. Era un grunge, un punk, un metalero, un chamo molesto, un jodedor.
Evolucionamos, como la música, y volvió uno de mis amigos de la infancia. Juan Vispo, a quien también conocí en la escuela y luego descubrí que vivía en la misma urbanización. Se había ido a España y regresado en medio de nuestra adolescencia. Traía discos europeos sorprendentes, cuando el Internet estaba apenas gateando y uno leía revistas de meses y hasta años anteriores que se conseguían en los kioscos. Satyricon, At The Gates, Cradle of Filth, Dark Tranquillity y muchos más. Murió Dalhet y nació Mystical Darkness, la primera banda de black metal moderno de Venezuela: con maquillaje corpsepaint, con espectáculo escupiendo fuego, una cantante que se vestía de monja, teclados y violín en vivo, arreglos académicos y nombres artísticos. El mío era "Possesor", vestido de cura y con muy mala actitud en vivo contra el público. Entonces había regresado a estudiar a Maracay.
Y en 1999, cerrando la década, después de varias presentaciones memorables pero desilusión por lo que vivíamos en el país, nos fuimos a vivir a Ámsterdam, Holanda, pero esa es otra historia.
Para divertirnos, una lista de éxitos del rock de los 90 :)
Yo soy modelo 81, pero crecí influenciado a la buena música que acabas de relatar en tu post.
Casi contemporáneos. Así que bebimos de esa misma fuente :)
Si, lastima que esa música ya casi no suena en las radio emisoras... Tiempos aquellos...
Allí un nicho para un programa de Fe y Alegría. Vivan los 90 jejeje.
Debo decir que este post me ha dado mucha risa, "comegato" y "camisa de mostro" ja ja ja... soy del 89 pero sí viví esa epoca de estar en la plaza "siendo mala", recuerdo que con 15-16 años iba un bar donde hacían toques temprano los domingos para que los menores pudieran entrar, no se les vendía alcohol pero igual tomabamos, yo para ese entonces aparentaba 10 años pero bueno, amo zapato es mis bandas favoritas. Me da cierta nostalgia que la movida no sea la misma. Saludos!!!
Jajajaja esa era la intención del post, recordarnos la identidad adolescente.