A veces la cotidianidad nos absorbe y no nos permite ver más allá. A veces creemos y sentimos que estamos "mal", pero hay personas en peores situaciones; incluso, quienes han tocado fondo, resurgen, pero otros(as) que sólo "se están ahogando en un vaso de agua", se dejan dominar por las adversidades. A veces, es cuestión de regalarnos un tiempo para pensar detenidamente, para reflexionar, para autovalorarnos y consentirnos. Querernos para que nos quieran, respetarnos, para que nos respeten. Ser auténticos, no ser egoístas ni mezquinos. Dar sin esperar a recibir, pero tampoco permitir que se nos coloque en el lado bajo de la balanza. Buscar el equilibrio y la armonía. Me gustó mucho este post. Lo sentí como un llamado a la consciencia. Saludos...