Reportaje: La muerte a la vuelta de la farmacia

in #venezuela7 years ago

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La escasez de medicinas desencadena “crisis humanitaria” en Venezuela

Conseguir la pastilla para regular la tensión arterial es una odisea para Germania Hernández. Toda la familia forma un núcleo de solidaridad para encontrar los medicamentos que ella, y otros consanguíneos, precisan para poder mantener un estado de salud estable. “Hay que tener fe. Afortunadamente tengo mucha gente que me ayuda. En Vargas, o en el interior, me buscan las medicinas y me las traen. Al menos todavía las consiguen”, declaró con actitud esperanzada. El final de la oración es desconcierto e incertidumbre. Puntos suspensivos que alcanzan a ser suspiros de resignación.
Un derecho constitucional sin garantías. En el artículo 82, 83 y 84 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, se expresa detalladamente que la salud es un derecho humano inviolable, universal, fundamental, básico, constitucional y social vinculado con la vida y garantizado por ella. Pese a ello, hospitales públicos, clínicas privadas, organizaciones farmacéuticas y de la salud y ciudadanos venezolanos viven una realidad paralela donde la salud es una tómbola azarosa. El hecho de tener una leve infección de orina o padecer un cuadro viral, puede desencadenar en una complicación mayor. La clínica Camuribe, ubicada en el estado Vargas, no posee siquiera los insumos para hidratar a pacientes con intoxicación. Los doctores comunican a los pacientes con parquedad y repetición mecánica que deben devolverse porque no los pueden atender, refiriéndolos a dispensarios comunales o invitándolos a hacer un recorrido por los hospitales y clínicas del estado. La salud se ha convertido en un derecho vulnerado, atropellado y carente de garantías.

En una rueda de prensa que realizó la Federación Venezolana de Salud, se denunció el “holocausto de salud” que atraviesa Venezuela. Los médicos y profesionales del gremio anunciaron que las medidas del gobierno son ineficaces y no ofrecen el alcance necesario para la problemática actual. Las últimas declaraciones y decisiones gubernamentales, han consistido en la creación de una línea telefónica para mejorar la distribución de las medicinas y la disposición de 18.7 millones de medicamentos en un convenio de importación con Cuba. Sin embargo, la comunidad médica declara que la calidad de los medicamentos tienen procedencias asiáticas y su calidad no está verificada. Como si fuera poco, el gobierno dificulta la gestión que realizan las organizaciones no gubernamentales como Farmacéuticos Sin Fronteras que se encargan de recolectar una considerable cantidad de medicinas traídas del exterior, aunado a que ofrecen negativas sin razón a la ayuda humanitaria de organismos internacionales. Los dirigentes del gremio señalan que los únicos beneficiados de esas importaciones son los que “triangulan y comercializan la salud”, refiriéndose a los cubanos.

Muertes crónicas y cartas de suicidio. Desde el 2014, los tratamientos para enfermedades crónicas como la hepatitis c, cáncer, hemofilia, diabetes y patologías neurológicas brillan por su ausencia. Es un caso alarmante en el que el porcentaje de mortalidad asciende al 50% y los dirigentes de asociaciones de la salud, como Codevica, han manifestado su descontento denunciando la realidad a organismos de talla mundial como la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas. La junta directiva de la Sociedad Nacional de Neurología, en un comunicado que realizaron el 5 de mayo del presente año, declararon un estado de Emergencia Nacional. Ésta fue argumentada por la ausencia de respuestas del gobierno ante la aguda escasez de neurofármacos que, según ellos, supera el 90% de los requerimientos, además de señalar cómo los protagonistas del ámbito gubernamental eluden la problemática, tomando medidas inservibles y dificultando la obtención de los insumos.

Juana de Pinto, mujer de la tercera edad, falleció el pasado martes al sufrir un ACV. Su nieto, Samuel Pinto, señaló que una baja alarmante de sus plaquetas (30.000 por microlitro de sangre) hizo que fuera necesaria una transfusión de sangre, pero en los hospitales carecían de reactivos y los equipos necesarios para el procedimiento. “Mi pregunta es hasta dónde tenemos que llegar para darnos cuenta de que simplemente existe una mala gestión y una pésima administración de los recursos del país y que están siendo afectados los rubros más importantes”, manifestó el nieto de la difunta.

En un terreno más radical y preocupante, están los enfermos terminales que deciden acabar con su vida ante la incertidumbre de vivir una enfermedad crónica en Venezuela. En febrero del presente año, el caso de Ana María Perdomo resonó en las redes sociales gracias a un reportaje de la revista El Estímulo. La mujer de 62 años decidió que ante la zozobra de sobrevivir a un linfoma No Hodgkin, era preferible quitarse la vida con sus propias manos usando una soga; adelantar una muerte que para ella era inminente en este panorama de precariedad y desasosiego.
Hasta los animales sufren la escasez. Las peripecias no sólo la enfrentan los médicos, farmaceutas y pacientes de los hospitales públicos y clínicas, sino también los animales. Aracelis Carrasquero, fundadora de la Asociación Civil Las Mascotas de Aracelis, dijo estar profundamente afectada por la crisis de medicamentos. “Es muy difícil encontrar los tratamientos y las medicaciones que necesitan los perritos. Albergo en el refugio animales en situación de calle que llegan con patologías variadas, como afecciones dérmicas, infecciosas y pare de contar. Hasta para conseguir sus vitaminas es complicado. Contamos con las donaciones de algunas organizaciones, pero a veces no es suficiente”, declaró la proteccionista.

Odette Ribeiro, estudiante de Ingeniería de Transporte en la USB, tiene una perra que padece de ataques epilépticos. Pudo encontrar un par de cajas de fenobarbital, el medicamento que mantiene bajo control a su mascota, por la red social Instagram. “Una muchacha me dijo que las tenía y que me dejaría ambas cajas por 2000bsf. Es un medicamento que en las farmacias tenía un costo de 10bsf. El “bachaqueo” también se presta para situaciones de emergencia. Parece un mal incurable”.

Plantas medicinales como sustitutos desesperados. Desde enero, Juan Clemente no logra encontrar Janumet. Estas pastillas controlan su nivel de glicemia, regulando así su condición de diabético. Jarajonay, una organización española sin fines de lucro, le suministró algunas cajas del medicamento. Sin embargo, todo en el mundo físico tiene fecha de caducidad. “Estamos recurriendo al cundeamor, una planta medicinal. Investigamos en Internet y leímos que tiene el mismo efecto que la insulina, sólo que tarda más tiempo en hacer efecto”.

La farmacia en línea es un faro de esperanza. Los anaqueles vacíos y las respuestas negativas de los farmacéuticos detrás del mostrador, ha generado un fenómeno en la web de generosidad y altruismo. Ya las personas no se molestan en entrar en las farmacias. Desde afuera se leen carteles a papel y marcador donde señalan que “No hay medicamentos” y se aprecian las estanterías sin insumos tan básicos como vitaminas, aspirinas y antigripales. Los ciudadanos apuestan a las redes sociales y la compasión del prójimo para poder encontrar los medicamentos que requieren. No es necesario seguir un protocolo estándar, pero algunos aprovechan las herramientas del hashtag, los grupos específicos y las menciones a cuentas prominentes y de gran alcance público por su número de seguidores.
Las alternativas que recomiendan las organizaciones farmacéuticas y los medios de comunicación es utilizar aplicaciones como Akista, DonaMed y Móvil SAAS, que se encargan de localizar los medicamentos en stock en las farmacias a nivel nacional. Otra de ellas es recurrir al hashtag #ServicioPúblico donde se puede escudriñar qué medicamentos e insumos se están donando a nivel nacional y mundial como ayuda humanitaria a Venezuela. La forma más popular consiste en colocar una fotografía y especificaciones del medicamento en la cuenta personal de Facebook, Twitter o Instagram para que los más allegados puedan estar informados de que esa persona precisa con urgencia la medicina.

Los expertos en el vía crucis online recomiendan seguir un proceso logístico. Agotar los recursos físicos es el primer paso. Luego, descargar las apps referenciales, comenzar las búsquedas por las redes sociales y finalmente realizar una publicación. Al encontrar el medicamento o tener conocimiento de su posible paradero, se pueden hacer recomendaciones a otras personas en la misma búsqueda. Finalmente, si se tiene la posibilidad de realizar donaciones, sumarse a la comunidad de servidores públicos.

*Revisando mis tareas universitarias, encontré este reportaje que hice sobre la escasez de medicamentos en Venezuela. Lo escribí en el 2016 y decidí publicarlo para el que tenga curiosidad sobre lo que se vivía (y se vive) en mi país en el sector de salud desde que comenzó la "crisis humanitaria" del régimen de Nicolás Maduro. Espero que sea de carácter informativo para toda la comunidad de Steemit. ¡Gracias por tu lectura!

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