Entre el océano Atlántico y el océano Índico se encuentra imponente el Continente Africano, un continente maravilloso donde convergen culturas tan diferentes, que me impresiona verlas acoplarse las unas a las otras como las piezas de un rompecabezas. Al Norte de este hermoso continente se encuentra lo que en beréber significa ¨la Tierra de Dios¨, Marruecos, un país que con sus paisajes naturales, su cultura y su gente encanta. Es aquí donde vivo desde hace unos pocos años.

Para venir a Marruecos necesitas mucho tiempo si quieres conocer todas sus facetas, en Marruecos puedes nadar, subir montañas, puedes adentrarte en el desierto, surfear y hasta esquiar. Por supuesto, debes planificarte bien pues lo que desees dependerá de las estaciones del año, pues acá hay invierno, primavera, otoño y verano. También debes tomar en cuenta el Ramadán, mes sagrado para los musulmanes donde la dinámica del país cambia por completo, aunque es interesante vivir esa experiencia, mejor venir informado pues podrías percibir tensión en la población y algunos lugares completamente cerrados. Es recomendable saber la estación que habrá durante tu estadía en Marruecos antes de empacar.

Marruecos está a un pasito de Europa, el Estrecho de Gibraltar es quien lo separa del continente vecino y a su vez comparte las cálidas aguas del Mar Mediterráneo que junto a la nobleza del océano Atlantico hacen de las costas de Marruecos, unos días de verano plenos y extraordinarios. ¿Sabías que es posible llegar nadando a Europa? Pues sí, hay un extremo que sólo tiene 14,4 kilómetros, un buen nadador podría hacerlo, de hecho ya muchos lo han logrado, eso sí, tomando algunas previsiones. No basta con tirarse al agua.

Gracias al Rif y al Atlas, Marruecos posee unos paisajes montañosos verdaderamente hermosos. Una de las cosas que más me gusta de Marruecos es que hasta las ciudades más pobladas están vestidas de verde, puedes encontrar un parque o un bosque donde caminar y respirar aire fresco sin tener que buscar, pues te los topas así no quieras. Gracias a esto existe una linda variedad de árboles entre los que destaca el Argán cuyo aceite es muy conocido por sus propiedades cosméticas y por sus usos medicinales y culinarios.

En Marruecos he encontrado diferencias culturales, religiosas pero también he encontrado similitudes que han hecho de mi transitar por estos lados del mundo, una mágica aventura digna de compartir. Como hay gente que entra en tu corazón para siempre hay lugares que se vuelven inolvidables, puede ser por la nobleza de sus paisajes, tal vez por la calidez de la gente o simplemente por las vivencias. Y Marruecos se instaló en mi corazón para siempre.

Una de las riquezas que tiene Marruecos, indiscutiblemente, es su lengua, los marroquíes son plurilingües. Cuando te diriges a ellos y se dan cuenta de que tu árabe o francés no es muy bueno, se pasean entre el inglés, el italiano, el español o cualquier otro idioma que se te venga a lamente, y aunque no lo dominen a la perfección, son muy capaces de hacerse entender y de comprenderte. Cabe destacar que su idioma oficial es el árabe, no el árabe clásico, el dariya que sólo se habla en Marruecos y otros dialectos beréberes, y la segunda es el francés. En el Norte, una gran parte de la población habla español. Así que no será un problema la comunicación en esta hermosa tierra africana.

Todos quieren venir y conocer Casablanca y Marraquech, pero Marruecos tiene otros rincones que serán inolvidables como fez, Assilha, Tánger, Tetuán, Ifrane, Ouarzazate, Agadir, entre otras y no puedo dejar por fuera mi favorita, Chefchaouen o la ciudad azul como prefieras llamarle. En todas estas ciudades encontrarás el encanto arquitectónico que tiene Marruecos y los aromas, una mezcla entre cúrcuma, canela y comino, además de flor de naranja, inciensos y almendras, están presente en cualquier lugar que visites. Te recomiendo siempre mirar hacia arriba cuando entres a la mezquita, a los hogares, a los restaurantes, quedarás maravillado.

En este país de contrastes, dónde la modernidad la encontrarás sumergida en lo antiguo, donde caminando por sus calles podrás ver como se detiene un Ferrari para dejar pasar un rebaño de corderos, encontrarás magia; lo exótico de este viaje hará que tatúes esta experiencia en el algún lugar de tu corazón.

Playa Rabat

Mausoleo Mohamed V

Con mi madre en la Plaza Yamaa el Fna

Necrópolis de Chellah

Chefchaouen

Con mi hermana en Chefchaouen

Con mi esposo en Tetuán

Viendo a las cigüeñas con mi hermana en Chellah

Besando a un camello en Ouarzazate

La bandera de Marruecos desde el Mausoleo Mohamed V

Paseando con mi madre

Manejando moto 4 ruedas en Marraquech

Oudayas Surf Club

En alguna pared y tienda de la Medina