Mi abuela solía contarnos con mucha pasión la historia de aquel día, ella con sus ojos llenos de orgullo nos contaba como su bisabuelo, el general Francisco Esteban Gómez, había comandado la batalla que nos había convertido en una isla libre. Se dice que por cada patriota había siete españoles en contra. Lo cierto es que tal fue la determinación de los patriotas que cuando Morillo pidió que se rindieran Gómez le envió de respuesta esta proclama: 

“Si V.E. fuere vencedor, se hará señor de los escombros, de las cenizas y lúgubres vestigios que quedarán de nuestra constancia y valor. Con ellas se complacerá su titánica ambición; más no con dominar la Isla de Margarita, ni menos a sus ilustres defensores.” 

El resto es historia, los margariteños les dieron una paliza a los españoles, estos se fueron a Juan Griego, y luego abandonaron la isla para no volver. El Libertador Simón Bolívar nos llamó la Nueva Esparta y a Gómez “El Leónidas de América”. 

Mi abuela siempre estuvo orgullosa de eso, eso fuimos, un pueblo guerrero y orgulloso, unos Espartanos!