El Hambre de mi país. (una historia que vive frente a mis ojos)

Todos saben por la situación que esta pasando venezuela, gracias a sus dirigentes expertos en generar inflaciones hasta más no poder en su mala administración y descarada corrupción, es dificil salir a las calles sin una esperanza nueva, vivir en un país donde con el sueldo de un trabajo estable no bastará para comer siquiera una semana, hay que tener dos o tres trabajos y hacerse de comerciantes donde vendes lo que ya no puedes, para comer el dia a dia, la delincuencia aumenta, la inflación revienta, y la gente se que no da más se revuelca en un valle de lágrimas rogando a Dios una oportunidad para salir adelante.

Feliz año nuevo? un año nuevo dando inicio con saqueos en todo el país y protestas por los altos precios de los alimentos, justo ayer se vivió la furia al frente de mi casa una protesta porque no hay comida y cuando llega quieren cobrar un precio muy alto que no todos pueden pagar ademas en efectivo

llego la bolsa con la que el gobierno cree que matara el hambre de todos (CLAP)..
implica la adquisición de cajas con comida a precios módicos. A mediados del 2016, el presidente Nicolás Maduro y Freddy Bernal, coordinador de los CLAP, señalaron que la entrega sería cada 15 días, pero son pocas las comunidades que lo recibieron con esta periodicidad, ya que donde llega, en muchas ocasiones es hasta cada dos o tres meses. La Vicepresidencia de la República notificó que entre el 2016 y el 2017 distribuyeron más de 117 millones de combos en todo el país. La única proteína que tiene la caja son dos o tres kilos de grano y algunas latas de atún, además de dos o tres kilos de harina, de arroz, de leche en polvo, unos pocos de pasta, dos litros de aceite, a veces azúcar.

“Los CLAP han sido una de las medidas más regresivas sobre el derecho a la alimentación en Venezuela, repletos de violaciones al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. La aprobación de una ley que los constitucionaliza ilegítimamente, fragua lo que queda de nuestra ruta definitiva hacia el hambre”, acentuó Susana Raffalli, experta en seguridad alimentaria y riesgo de desastre.

Es triste ver como familiares se acuestan sin una cena, y en el estomago una alimentación pobre sin proteinas, ver familias quebrantadas, doy gracias a Dios porque nunca me he acostado sin comer y al trabajo de mis padres y mi hermano que nos ayudamos todos juntos, y ayudamos a quienes podemos de nuestros familiares.

Sin embargo admiro la fuera de mi país que sigue luchando cada dia para sobrevivir a todo, y aun así sacar una sonrisa de donde no hay fuerzas, para seguir adelante y mantenerse juntos
No hay palabras para explicar lo que se siente al ver el brillo en los ojos de esa persona cuando le das tu apoyo.

Ya todo esto sobrepaso los límites, sin embargo no perdemos la esperanza de que un día nuestras familias puedan volver a estar unidas ya que la mayoría han emigrado en busca de una mejor vida eso es otro tema que me gustaría compartir en otra ocasión.

Les digo a todos mis hermanos y hermanas venezolanos que no desistamos adelante que si se puede juntos somos más fuertes y lucharemos por esa libertad robada por esa juventud donde si sales de bachillerato tus planes sean un bonito futuro, profesionalizarte y hacer realidad tus sueños donde creas posible lo imposible y puedas tener las posibilidades de una vida digna, les brindó la mayor de mis fortalezas y mis buenos deseos¡