Amada Madre:

Definitivamente tratar de expresar con letras lo valiosa e importante que eres para mí es muy difícil, porque las palabras que pueda usar para agradecerte y describirte se quedan cortas. Tuve el privilegio de ser tu primera hija, tu primogénita, y al escucharte agradeciendo a Dios por ser lo que le pediste me llena de alegría Madre Mía. Sé que me amaste aun antes de Nacer, gracias por cada noche en vela mientras yo decidía no dormir solo por jugar, por cada sacrificio que realizaste aun sin yo notarlo, gracias por darme de comer aun cuando quizás tu quedabas con hambre, gracias por tu sacrificio y esmero por tus hijos, por mantener la unión familiar, Tus brazos siempre han sido el lugar más seguro para mí.

Madre, eres una mujer virtuosa, llena de talentos y amor por el prójimo, eres mi mayor ejemplo a seguir, gracias a ti soy hoy quien soy, en cada meta que me propongo siempre estas allí, para darme una palabra de aliento y esperanza, siempre me has enseñado que cuando se quiere y se persevera se puede lograr todo cuanto nos planteamos, y como tú siempre dices que una Mujer prudente vale por mil. Gracias por mi hermoso hermano, por ese caballerito que siempre nos acompaña. Me condujiste siempre por los caminos de Dios, me enseñaste con ejemplo el significado del respeto y el amor, de la sumisión y la lealtad. Por eso y más, mil Gracias Madre.