El miércoles 10 de diciembre de 2008, el pastor evangélico del Centro Mundial de Paz, Jean Carlos Salazar Requena (30) asistió con su esposa Ingrid Rafaela Higuera (33), quien tenía dos meses de embarazo, y su hija Karla Saraí Salazar (4) a un evento religioso en el Hotel La Redoma, de El Tigre.

Según otros miembros del CMP, el pastor estaba en ayuno, y al terminar el evento, se reunió con el grupo celular para estudiar la biblia. Eran aproximadamente las 8:00 pm. Nada fuera de su rutina común.
De acuerdo a las declaraciones de los vecinos de la familia, un taxi de color gris los dejó a las 9:00pm en su domicilio, ubicado entre la calle Caracas y calle Rondón de El Tigrito (San José de Guanipa), estado Anzoátegui.

Vivían en el lugar desde hace un año. La familia Salazar mantenía la puerta abierta mientras veían televisión en la sala.

A las 3:30 am del 11 de diciembre de mismo año, Kaína González, vecina del pastor, despertó exaltada por un fuerte olor a quemado. Al asomarse por la ventana, notó cómo salía humo del patio de sus vecinos. Inmediatamente llamó al cuerpo de bomberos de El Tigre.

Según la reseña del diario El Tiempo, cuando llegó la comisión para apagar el fuego, notaron que provenía de una de las habitaciones. Sin embargo, la puerta principal no estaba forzada. Una vez apagado el fuego, rompieron parte del techo para que el humo circulara y así poder realizar las indagaciones en el interior de la vivienda.

Las puertas de los dormitorios estaban cerradas, pero al abrirlas el asombro de los encargados era mayor: el cadáver del pastor Salazar se encontraba en el piso, amordazado, boca abajo, quemado y decapitado. Su cabeza estaba cerca de la cama. En otra habitación estaba el cuerpo de Ingrid Rafaela, igualmente boca abajo, decapitada y con el cuerpo 50% calcinado. Su cabeza estaba en la mesa de planchar.

Una de las escenas más escandalosas fue la del baño: el cuerpo sin vida de la pequeña de cuatro años estaba desnudo, golpeado y bañado en sangre.

Lo más escalofriante fueron las frases con mensajes satánicos escritas con sangre en las paredes como "Satanás te entregamos estás almas". La casa parecía sacada de una película de terror.

El levantamiento de los cuerpos se realizó 14 horas después por un grupo especial enviado desde Caracas. Desde ese momento comenzaron las respectivas investigaciones. El CICPC tomó declaraciones a sus familiares, conocidos e incluso al taxista que los dejó en su casa.

Una publicación del diario El Vistazo reveló que algunos testigos declararon que esa noche vieron a cinco hombres y una mujer tocando la puerta en busca de ayuda espiritual. Vestían ropa negra y llevaban varias perforaciones en sus cuerpos. Por esas características, empezaron a indagar tribus urbanas, rockeros, metaleros y satánicos.

Luego de conocerse este hecho, las calles de El Tigre y El Tigrito se llenaron de pancartas con fotografías de la familia con mensajes exigiendo justicia.

Entre las indagaciones surgió el nombre de Publio García Canales (primo de Diosa Canales), alias "El Morfo", líder del Clan Nación 01. Sin embargo, al momento de interrogarlo, García negó cualquier relación con el caso y se justificó diciendo que su grupo no era satánico y simplemente se encargaba de rescatar a jóvenes con problemas de drogas.

El 14 de diciembre, Pedro Rafael Solórzano Freites, quien para ese entonces tenía 23 años, caminaba por el sector central del municipio con dos personas mostrando dibujos de la masacre. Este hecho le pareció sospechoso a una mujer que caminaba por el lugar e inmediatamente llamó a las autoridades.

Solórzano pasó a ser el principal sospechoso y fue interrogado. Sin embargo, solamente tomaron los dibujos y su declaración y lo dejaron en libertad.

El caso quedó así por 10 meses hasta que en noviembre de 2009, pasó a ser investigado por el detective del CICPC, Francisco Sanchéz, quien envió los dibujos a un especialista en grafotecnia. Los resultados del estudio vincularon a Solórzano con el triple homicio y fue capturado inmediatamente y condenado a ocho años de prisión.

En medio de las interrogaciones, Solórzano declaró que él no fue quien los asesinó y reveló cinco nombres que, según él, habían cometido el crimen: Zombie, Nitro, Morfo, Dragma, y La Muerte. Aunque inicialmente no reveló sus nombres, no fue difícil encontrarlos. Días después, Publio García Canales, alias "El Morfo", de 26 años, su esposa Marisela Padrino "Dragma", de 22, Luis Aguilarte "zombie", de 22 y Carlos Adan González de 20, "el nitro".

Fueron detenidos. Sólo quedaba pendiente la detención de José Manuel del Moral "La Muerte", de 23, pero él se presentó voluntariamente luego de escuchar que lo estaban buscando.

Al pasar los años, estos cinco jóvenes seguían detenidos, investigos y en juicio. Los familiares de las víctimas exigían justicia, pero no obtenían respuestas. En una oportunidad, la vedette venezolana, Diosa Canales, expresó por su cuenta en Twitter que su primo era inocente.

Casi una década después, el viernes 16 de marzo, el juzgado de de juicio 3 del área Metropolitana de Caracas sentenció a tres de los cinco implicados en la conocida "Masacre de Guanipa" a 18 años de prisión.

El diario El Tigrense publicó en su portal web que "Nitro", "Zombie" y "La Muerte" admitieron los terribles hechos ocurridos en 2008. Esta confesión estuvo precedida por la versión del primer sospechoso, Pedro Solórzano. De esta manera recibieron acusación por delitos de homicidio por motivos fútiles e innobles, actos lascivos e incendio de morada. El juez ordenó que los tres se mantuvieran a la cárcel de El Rodeo I en Guatire, donde se encuentran desde que el caso pasó de Anzoátegui a Caracas. Por otra parte, la mujer fue llevada hasta el Inof, en Los Teques.

Actualmente, el juicio continúa en contra de "Morfo" y "Dragma", quienes no han admitido nada en las audiencias.

La razón del triple homicidio que escandalizó toda la zona sur del estado Anzoátegui sigue siendo un misterio. Mientras, las autoridades encargadas continúan con las investigaciones pertinentes.