MI VIAJE A BOCA DE AROA: TURISMO ENTRE AMIGOS Y...FANTASMAS

Partiendo de la premisa de que "uno de cada tres hombres es feliz" hace unos años atrás decidí aceptar la invitación de dos amigos y sus respectivas parejas de ese entonces para disfrutar de un fin de semana de total relajación en el Parque Nacional Morrocoy. Definitivamente, era ganar-ganar sin lugar a dudas para mi. Uno de ellos tenía vehículo por lo que me ahorraba el transporte y el otro por medio de su familia una casa de playa en Boca de Aroa, por lo que también me ahorraba el alojamiento.

Recuerdo claramente que la habitación destinada para mi era sumamente especial porque era la que pertenecía al antiguo cuidador de la casa. Claro, el único detalle era que había fallecido precisamente en esa habitación. Para darme ánimos me inventé un mantra de optimismo, total, quien muere en paz y sin hechos pendientes en vida, su alma no queda en pena después de eso...O al menos eso creía. Claro, si quieren saber que ocurrió en esa casa, primero tengo que hablarles de la razón que me llevó a ese lugar.

En el estado Falcón, entre las poblaciones de Tucacas y Chichiriviche, se encuentra el parque Nacional Morrocoy. Este parque, contiene una gran cantidad de cayos. Sencillamente, es imposible que vayas y no disfrutes de ninguno de ellos. Puedes acceder mediante una lancha privada o en una tipo "peñero" que puede ser compartida con otros pasajeros o contratada para que te lleve a la playa preferida y te busque en un horario a convenir. El mas famoso es Cayo Sombrero, el favorito de muchos es Playuela, este en particular se llama Playa Sur.

Ésta playa de aguas tranquilas y llanas posee condiciones ideales para familia con niños. Prácticamente sin oleaje y de reducido tamaño, permite la fácil vigilancia y control de los pequeños. Sólo ofrece algunos toldos de libre acceso para resguardarse del sol.

¿Quien la va a pasar mal en ese paraíso? tras un día de playa regresamos a nuestra base de operaciones para esperar la hora de la cena, los snacks y el respectivo licor ya que habíamos quedado en que hasta que el sueño nos venciera íbamos a disfrutar de algunas películas clásicas que habían en la casa. Tras una ducha, llegaba la hora de conocer la habitación que estaba destinada para mí. Era la mas alejada de la casa y tenían todo el derecho, a fin de cuentas era el único sin pareja y ellos también necesitaban de su privacidad e intimidad. Sin embargo, la escena en cuestión me dejó super perturbado como pueden apreciar en las siguientes imágenes.

Definitivamente al ingresar a la habitación el ambiente se sentía pesado, pero honestamente ¿cómo no estarlo? si era el disneylandia de lo paranormal: Un santo decapitado, el cuadro de un chaman aborigen con sus respectivos instrumentos, un payaso triste y el cuadro de un niño que llora (famosos por su carga negativa energética) decoraban la habitación donde dormiría. Decidí tomarme con humor la experiencia por lo que hice un "mini concierto" con los instrumentos aborígenes en la que sería mi habitación. Al ir al baño recuerdo haber salido tres veces antes de usarlo ya que "uno de mis graciosos amigos" se dio a la tarea de apagar el interruptor y dejarme sin luz en el baño (el interruptor estaba del lado de afuera del sanitario). Lo que si me impresionaba era la velocidad que habían empleado ya que todos estaban en el patio frontal de la misma. Entonces me hice la siguiente pregunta ¿como pudieron llegar allí tan rápido sin haberlos visto?.

Mientras estábamos cenando y para evitar el ejército de zancudos que generalmente llegan en la noche, decidimos cerrar puertas y ventanas. Yo me fui a preparar la habitación donde dormiría y nunca dejé de sentirme observado. En voz alta dije **¿Se imaginan si nos sale el fantasma del cuidador?** mientras preparaba la cama que nunca usé. Aquí les comparto la imagen con los instrumentos a los que me refería.

Mientras nos disponíamos a preparar la improvisada sala de cine ocurrió algo sorprendente, Una colección de al menos diez gorras perteneciente al dueño de la casa salió disparada de una pared y hubiese volado hacia nosotros de nos ser por haber rebotado en la pared opuesta a donde se encontraban. Allí todos entramos en pánico incluyendo a la novia del dueño del dueño de la casa, fotógrafa profesional e irónicamente escéptica a cualquier fenómeno paranormal. Por mas que intentó alegar que todo se trató de una repentina ráfaga de viento que la mayoría de nosotros no pudo percibir. Nunca pudo justificar la procedencia de la misma ya que el aire acondicionado estaba encendido y absolutamente todas las puertas y ventabas de la casa se encontraban cerradas.

El resto y yo creímos los mismo "Se trata del fantasma del cuidador" por lo que tomé mi cámara y comencé a disparar tratando de captar a nuestro huésped. Al detallar la imagen que muestro a continuación va a apreciar en su lado derecho el cuadro de la niña que llora, y en la parte superior izquierda el cuadro del chaman aborigen. Quiero que observe con mucha atención el flash de mi cámara el cual al ser tomada la fotografía desde la entrada de la habitación choca con el espejo que tenia en frente y rebota contra el marco de la puerta del baño. Como podrá apreciar, adicionalmente dicho flash se aprecia en el marco del cuadro de la niña que llora. ¿Hasta allí vamos bien cierto?.

Ahora quiero que analice la imagen que muestro mas abajo porque fue tomada casi del mismo ángulo y el flash de la cámara nuevamente rebota en los mismos puntos. Pero al detallar con mas énfasis va a notar una extraña masa energética similar a una medusa de mar. Estoy 99.9% seguro que capté la esencia energética del fantasma de la casa.

Posterior a eso la fotógrafa profesional trató de replicar la imagen de forma infructuosa. Del mismo angulo incluso con mi cámara. La imagen ha sido pasada por photoshop, editores y afines y no se trata de ninguna superposición ni nada que se le asemeje. Es un reflejo puro de energía y mientras mas zoom y mas la detalle mas se convencerá que esa "Medusa flotante" no tendría por qué estar allí. Para culminar les confieso que no pude dormir en esa habitación y que los fenómenos cesaron cuando en voz firme y alta le pedí disculpas por haber irrespetado su lugar al tocar sin permiso de nadie los instrumentos aborígenes de esa habitación.