Camino a la cima del Tepuy Roraima

El Tepuy Roraima, se encuentra al sur este de Venezuela, siendo dividido por las fronteras de Brasil y Guyana, el lugar donde se interceptan las tres fronteras en conocido por punto triple. Se estima que esta formación data de unos 2 mil millones de años, siendo uno de los lugares más antiguos del mundo.

Partimos un grupo de 6 amigos desde Santa Elena de Uairén hasta la comunidad de San Francisco de Yuruani, allí nos fuimos en un rustico que nos llevó hasta el campamento de INPARQUES en Paraitepuy. En el puesto de seguridad llenamos un libro y nos dieron una charla donde hacen énfasis de que no podemos traer ninguna piedra, ni plantas o animales del parque (la ruta está formada por jaspe verde y rojo, además de los cuarzos que abundan en la cima del Roraima), se pueden imaginar lo energético de zona.

Aquí nuestro guía Pemón Celso, nativo de la zona y excelente persona, organizaba todos los víveres y carpas, todo eso lo llevaron en los Guayares, un morral típico de los pemones, donde cargan hasta 70Kg de peso, y nosotros con temor de llevar nuestros morrales que pesaban apenas unos 15Kg.

Por fin comenzamos la caminata hasta nuestro primer destino el campamento del Rio Tek, se anda libremente por el sendero claramente definido, a paso lento disfrutando del paisaje, llega un momento que olvidas los 15Kg de peso de tu morral, yo andaba siempre de último, tratando de capturar las mejores imágenes con mi cámara, el sendero es por la sabana, que crece en una fina capa de tierra formada por arena y restos de vegetación, hay que recordar que casi todo es piedra sólida, donde se ven arboles es a la orilla de manantiales y pequeños ríos, árboles que solo se dan en esta zona.

Durante la caminata pegaba un fuerte viento que te ayudaba a soportar el sol que estaba fuerte, por la sabana se ven muchos nidos de bachacos y terminitas, estos insectos construyen gigantescas comunidades, algunas de 1,5mts de lato y 2 mts de ancho. Fueron 12km de mucha emoción, ya que cada vez que estábamos más cerca del campamento Rio Tek, los Tepuyes Kukenan y Roraima se veían imponentes al fondo del horizonte, al lado del Roraima hay un Tepuy más pequeño en superficie, el Kukenan o Malawi como es conocido también, según los nativos significa “Si lo subes mueres”. Es poco visitado por su alto riesgo, hay que tener por lo menos un conocimiento básico de rapel.

En la ruta se pasan varios riachuelos donde se puede recargar agua, esta proviene de los tepuy y es muy limpia. Es importante llevar una botella de agua de por lo menos 1lts para la hidratación, después de recorrer los 12km de sabanas y pequeñas colinas llegamos al campamento al lado del Rio Tek, donde nuestros guías ya montaban nuestras carpas, y luego prepararían el almuerzo. El rio Tek tiene un buen caudal de agua, creo que este rio nace en el Kukenan, su agua es fría y cristalina. Pasamos el resto de la tarde caminando por los alrededores del campamento, observando la gran cantidad de termitas que hay en la zona, admirando la flora tan extraña y hermosa que predomina, luego fuimos al rio Tek y nos dimos un buen baño en un pozo que está en el cruce del camino.

La noche fue muy fría y de luna tan brillante que parecía una lámpara, y lo mejor fue el cielo con muchas estrellas muy claras e intensas, la luna iluminaba el Roraima de una manera fenomenal.

El segundo día nos levantamos como a las 6:30am, la mañana fría y el cielo despejado, aproveche la hora para ir al rio Tek y darme otro baño energizante. Después del desayuno tómanos camino, pasamos el Rio Tek via al Roraima, superamos la primera colina grande y llegamos al Rio Kukenan, este rio es muy caudaloso, a pesar de que era verano, la corriente era fuerte, al otro lado seguía el sendero hasta el campamento base, este tramo fue más fuerte, ya que es una subida constante.

Es una zona donde la sabana es más pequeña, y hay muchas piedras grandes, algunas de ellas partidas, no sé, si a causa del cambio brusco de temperatura, a veces hay un sol fuerte y de pronto se nubla y llueve, esto pasa con frecuencia en los Tepuy, en esta ruta nos paramos varias veces a descansar ya que el peso del morral afectaba, a cada momento nos pasaban los pemones con su Guayare full y como si nada, cargando por lo menos 60Kg de víveres.

A mitad de camino el Roraima se levanta como una inmensa muralla, la magnitud de lo alto y ancho es impresionante, es una pared vertical totalmente, con ciento de grietas e hilos de agua, en su base se forma un pequeño bosque muy frondoso, crecen muchos árboles ya que la base es de tierra profunda, gracias a los miles de años de erosión del Tepuy.

A unas dos horas de camino del campamento comenzó una leve lluvia, y el frio era muy sabroso, este tramo tardamos un poco más de tiempo, ya que veníamos poco a poco y en cualquier lado nos parábamos a tomar fotos.
Cuando llegamos al Campamento base, ya los guías tenían las tiendas levantadas y todo listo para comer. Los pemones son personas muy francas y apegados a sus costumbres, cada vez que van de viaje a la montaña, se despiden de su familia y algunos cantan su partida, en el próximo post que tendrá como título, “En la cima del Roraima” montare un video de Celso narrando su partida a la montaña, un canto muy emotivo que a todos nos puso la piel de gallina.

Esta ruta fue algo exigente, mucho sol y subidas, el último tramo nos refresco un poco la repentina llovizna, en la cena yo tenía tanta sed que tome mucho nesté, y ligado con la comida que fue pasta con carne molida, me puso mal del estomagó. Como a las 1 de la madruga me tuve que ir al baño (El baño es un sector donde el guía habré un hueco en la tierra de un metro más o menos, y allí nos agachamos y listo), donde estábamos la vegetación era como de 0,5mts y se marcó con una pila de piedras el lugar, bueno, sude con el frio que había para dar con el punto, menos mal que no hubo ningún accidente.

Ese día me levanté a las 5:30am, y pude apreciar el amanecer en al pie del Roraima, entre el Kukenan y el Roraima hay un valle, todo eso estaba nublado, de pronto al salir el Sol, comenzaron esas nubes a bajar a la sabana y se iban dispersando en el camino, era como ver un rio de nubes fluyendo en los dos Tepuyes, fue un gran espectáculo de la naturaleza. Esa mañana aproveche de tomar fotos por todos lados.
Luego del desayuno, y sin apuros nos dispusimos a iniciar el último tramo de unos 3km aproximadamente, y es el tramo con mayor dificulta al inicio por lo empinado, sin embargo, el guía siempre nos dice que debemos ir cada quien, a su paso, sin apuros, y de esa forma se llega disfrutando de todos los paisajes del paseo.
En el próximo post, subiremos por las laderas del Roraima hasta la cima y disfrutaremos un viaje en el tiempo, así me sentí yo, solo faltaban los dinosaurios, la vegetación es única y hermosa, la ruta es entre árboles y farallones.