The Dairy Game 12/10/2020: Dando gracias por un día normal

Hace ya, por lo menos un par de años, que en vez de ver la televisión veo YouTube, y poco a poco, he logrado tener más y más control sobre los contenidos que el algoritmo de esta plataforma me ofrece. Justo ahora acabo de ver dos videos emotivos, pero sumamente contrastantes.

Uno de una youtuber sobre minimalismo que hace tiempo sigo, y otro sobre alguien que aún no sé quien es (lo investigaré más tarde) pero que a partir de ahora sigo porque me conquistó con su video. Les explico a continuación porque digo que son muy contrastantes.

El primero de ellos es sin diálogos hablados, y es un retrato de un día tranquilo de la youtuber desde que se levanta, se prepara el desayuno y se va caminando por el bosque hacia un lago cercano junto con su pareja. Resulta ser que ese día, que parecía ser de lo más tranquilo y común, dio un giro, volviéndose realmente especial cuando en un bote, en medio del lago, el le pidió que fuera su esposa.

El video de unos 6 minutos de duración tiene una hermosa fotografía y edición, y con solo unas 3 o 4 frases en pantalla, y un par de fotos de la pareja con ella luciendo el anillo, comparte con su audiencia, un momento de felicidad de una manera muy auténtica y mesurada.

El segundo video es también sobre compartir algo muy personal, pero en un sentido contrario. La youtuber empieza el video diciendo "Hoy es mi cumpleaños número 52, y la verdad, me siento perdida", para luego con una honestidad que incluso sorprende, contar el porque de ese sentimiento precisamente en su cumpleaños, y lo que se plantea hacer para superarlo.

Después de ver ambos videos no pude evitar sentirme muy afortunado de mi día. Uno en el que después de una semana de mucha incertidumbre, debido a un huracán que afortunadamente no nos afectó tanto como se esperaba, he podido seguir con mi vida normal, sin sobresaltos, y por primera vez en más de una semana sin lluvia.

Hoy finalmente pude reacomodar las macetas de mi terraza que había reubicado para proteger del viento y de la lluvia, y descubrí que solo uno de mis cactus pereció ahogado, no sin antes dejarme "un hijo" que logré salvar y sembraré en los próximos días. Los charcos de la calle finalmente se han secado. Hoy pude finalmente darme de nuevo un baño sin tener que prender el calentador de agua por las bajas temperaturas, y mi casa ya casi luce como antes de nuevo.

Después de una semana finalmente pude ver de nuevo a mis alumnos, aunque sea a través de la pantalla del monitor, y empieza poco a poco a normalizarse la vida diaria, para casi todos en la ciudad. Hay quienes aún padecen por los inundamientos de calles y estacionamientos subterráneos, o que tienen casas con muros llenos de moho por la humedad, pero dentro de lo cabe todos coincidimos en que la libramos.

Hoy pude pedir algo para cenar, y al llegar mi pedido salir sin que estuviera lloviendo. Pude escuchar música mientras leía sin escuchar truenos a la distancia, y podré dormir tranquilo sin el pendiente de que la lluvia nocturna se meta a la casa por las ventanas, por debajo de las puertas, o incluso desde goteras en el techo.

Hoy no me propusieron matrimonio, ni es un cumpleaños en el que me siento perdido. Hoy simplemente pude tener de nuevo un día normal después de más de una semana, una que pudo cambiar mi vida y la de mi ciudad, y doy gracias por ello.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.