La moringa es un árbol capaz de crecer y desarrollarse en cualquier tipo de suelo, por lo que podríamos llamarlo todoterreno, todas sus partes: raíz, tallo fruto, flores y hojas son beneficiosas para el ser humano, en lo que respecta a cuidado del cuerpo, mente, descanso y sobre todo, en la dieta diaria.

Científicamente podemos describir la moringa mediante su taxonomía, la cual es:

• Nombre Científico: Moringa Oleífera.
• Familia: Moringaceae.
• Reino: Plantae.
• Orden: Brassicales.

Esta planta es originaria del norte de la India y hoy en día abunda en muchos países, sobre todo tropicales por su virtud de desarrollarse en cualquier tipo de suelos, incluso los secos; se reproduce por medio de la semilla, las cuales se forman en una larga vainita o maraca.

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La moringa contiene una gran variedad de vitaminas, como lo son A, B, C, E y K; así como minerales y nutrientes (hierro, fósforo, calcio, omega, zeatina, potasio y magnesio, entre otros) que le pueden aportar al ser humano una alimentación sana y remedios caseros capaces de combatir una gran variedad de enfermedades como la tuberculosis, la diabetes, hipertensión arterial, anemia, cáncer, inflamaciones, asma, menospausia, malaria, tos, entre otras; de igual manera también se usa para estimular las defensas del cuerpo, desintoxicar, aumentar los niveles de energía, controlar el peso y la digestión, promover la piel sana, aliviar dolores de cabeza, prevenir la caída del cabello.

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La moringa ha sido de gran ayuda a la población, por su alto contenido nutritivo y curativo, además para quienes no tienen poder adquisitivo para adquirir medicamentos al presentarse algún tipo de enfermedades.

Comparando la moringa con otros productos, se concluye que tiene más vitamina C que la naranja, más vitamina A que la zanahoria, más calcio que la leche de vaca, más hierro que la espinaca y más potasio que el plátano.

La moringa puede consumirse en té, en polvo o vía cápsulas vegetales, tiene sabor un poco picante característico.

A continuación explicaré el uso de cada una de las partes del árbol de la moringa, las cuales tienen relación con la medicina natural:

• Hojas: son ricas en proteínas, vitaminas y minerales, pueden consumirse cocidas en sopas y guisados, así como en infusiones y en ensaladas, para ayudar los tejidos cartilaginosos, controlar la presión arterial, prevenir la osteoporosis y por su potente capacidad rejuvenecedora. Al secarse pueden usarse como condimento.

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• Frutos: se pueden consumir crudas o tostadas, de ellas se puede extraer aceite que es totalmente comestible. Si se consumen hervidas, son similares a los garbanzos.
  La semilla de la moringa tiene un gran poder purificante, debido a la combinación de aceites y proteínas que ésta tiene, las cuales una vez trituradas y mezcladas con agua turbia y no potable, El Agua SE LIMPIA; ya que el polvillo originado al triturarlas tiene la facultad de atraer arcilla, sedimentos y bacterias que van al fondo del recipiente, dejando el agua cristalina y potable. Posee propiedades antimicrobianas.

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• Tallo: al secarse pueden usarse como condimento, gracias a su sabroso toque de gusto que le da a la comida y su gran aporte rico en vitaminas que ayudan a mantener en forma nuestro cuerpo cuidándonos de las enfermedades.

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• Flores: pueden usarse en ensaladas y té, sirve para el resfriado.

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• Raíces: son parecidas a la zanahoria, pero un poquito picante. Si éstas se muelen, puede hacerse infusiones.

Como bien es sabido que todo en exceso es malo, la moringa debe consumirse con moderación, ya que su alto poder energético, puede ocasionar insomnio.

Tras un examen de laboratorio se pudo observar algunos valores alterados, el especialista que le estaba haciendo el chequeo, le recetó algunos medicamentos, pero debido al bajo poder adquisitivo del paciente, éste optó por tomar el té de moringa, el cual, tal como le recomendaban, le brindaría grandes nutrientes y vitaminas que un medicamento le podría aportar, este té lo estuvo ingiriendo por 25 días, sólo en la mañana.

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Como se puede observar en el examen de laboratorio algunos valores alterados.

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Luego de los 25 días transcurridos la persona acudió nuevamente al laboratorio para repetirse los exámenes y efectivamente la moringa le ayudó a normalizar sus valores, encontrando en ella una nueva forma de mantener su cuerpo sano con un remedio casero.

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Examen de laboratorio realizado después de los 10 días de tratamiento con el Té de Moringa.

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Para hacer este té, sólo necesitamos poner a secar las hojas de la moringa; una vez secas se colocan a hervir en una olla y listo, se toma a temperatura ambiente o a su gusto.

El té de moringa contiene gran cantidad de antioxidantes y es rico en vitamina A y C, las cuales ayudan a normalizar los valores alterados y prevenir enfermedades.