Para este año 2019 se van a cumplir 250 años del nacimiento del explorador alemán, momento para hacer unas pequeñas notas de este sabio a quien admiro.

El viaje del explorador alemán Alejandro Von Humboldt de aproximados cinco años en América a sus 30 años de edad, fue realizado cuando tenía dominio en varias áreas de las ciencias. Sus viajes por América fueron planificados con cuidado y detalle. El viaje transcurrió entre 1799 y 1804.

Además de ser un explorador tenía conocimientos amplios, varios, diversos que dirigían su carácter científico por lo que Humboldt es considerado un sabio, un científico y un artista. Dominaba bien el dibujo y el grabado (litografía) realizando incluso exposiciones en su Alemania natal. Eso le permitió levantar información gráfica, a través de estas bases artísticas para tomar las fotografías de entonces, construidas y levantadas a través de estas dos disciplinas. Junto con colaboradores que lo acompañaron en sus viajes.

Aunque algunos escritores indican que sus textos y la construcción de su investigación eran exclusivamente de carácter científico, para mi existen descripciones y narraciones propias de quién fue cultivando el gusto por mostrar a través de sus textos la vida natural de sus viajes y el entorno físico o humano que las rodeaba con tendencia hacia la poesía. Su viaje fue relatado a su hermano Guillermo a través de cartas y diarios donde recopilaba además sus inquietudes y emociones. Imposible no pensar que Humboldt tuvo que enfrentar problemas que superar por ejemplo el dolor de las picaduras exasperantes de mosquitos en selvas de Venezuela, y cómo para evitar los mosquitos en las costas de Higuerote tenían que enterrarse en la arena. Su relatos son una narrativa de un gran journey científico, ilustrando, mostrando todo los que su ojos iban captando, viendo, observando.

Llega por accidente a Cumaná en Venezuela. Una epidemia se desarrolla en el barco que lo trae junto con Aimé Bonpland a América, epidemia de fiebre maligna donde muere un asturiano de 19 años, esto alarmó a la tripulación y los pasajeros, por lo que se decide cambiar el curso del viaje de la Antillas, Cuba hacia Venezuela. Así se ven obligados a desviar el viaje y descienden a la ciudad de Cumaná, lugar donde comienza un viaje de meses por la exótica sinfonía tropical de Venezuela y América. Aimé Bonpland según cuenta en

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en cartas de Humboldt a su hermano Guillermo, literalmente no se detenía, colectaba, exploraba. En Caripe, en una relativa cercanía a Cumaná, descubren los misterios de una cueva donde volaban aves nocturnas, los guácharos, Steatornis caripensis.

En el libro Alejandro de Humboldt, Viaje a Venezuela, se recopilan aspectos interesantes de lo visto en la ciudad de Caracas, donde subió a nuestro Avila hacia el sector de la Silla de Caracas y describe toda la botánica de la altura donde se puede ver el mar del Norte, La Guaira y la ciudad de Caracas, coincidiendo en algunas especies con parecidos a las especies botánicas frías de los andes. Narra el frío intenso que sufrió de noche mientras caminó por estrechos senderos con Aimé Bonpland. Una primera parte del ascenso al Ávila, fue acompañado por Andrés Bello, quién no tuvo la suficiente fortaleza para acompañar en todo el recorrido a Humboldt. Contaba con 21 años de edad nuestro ilustre hombre de letras venezolano. Humboldt le recomendó que fortaleciera su cuerpo y espíritu para los futuros avatares de la vida. No sabía Humboldt que tenía por delante al gigante de las letras de América, el venezolano Andrés Bello.

Sobre la ciudad de Caracas por ejemplo, les cito textualmente lo que describió Humboldt de la siguiente manera “Noté en varias familias de Caracas gusto por la instrucción”… y sigue el texto en la siguiente afirmación de Humboldt, “Las ciencias exactas, el dibujo y la pintura, no poseen aquí esos grandes establecimientos que México y Santa Fé de Bogotá deben al gobierno español y al patriótico celo de los nacionales “…y termina afirmando, “nadie en estas playas se ocupaba del estudio de las plantas y los minerales”. Hay que recordar que Humboldt es un conocedor de los minerales y la botánica, entre otros de sus estudios y tenía claro quién en América los tenía, confirmando que aún Venezuela era muy joven para desarrollar estas disciplinas. Bueno, esa fue la apreciación del explorador. También narra con sumo interés cómo encuentra en Calabozo un experto conocedor de los principios de la electricidad que hizo buena empatía con Humboldt . Carlos del Pozo era el investigador que llamó la atención de Humboldt y a Carlos del Pozo le llamó la atención los equipos que ya contaba el explorador para su expedición. Humboldt deja constancia de lo increíble que fue para él encontrar en los llanos venezolanos, lejos de la civilización, una persona con estos conocimientos.

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Humboldt logra unir las ciencias y las letras al exponer de forma poética y práctica los resultados de sus observaciones. Tenía un poder en su observación que le facilitó narrar de forma científica lo que veía. Podía expresar “ las descripciones de la bóveda celeste, la luminosidad de las estrellas bajo los cielos del trópico, de la elocuente inmensidad de las selvas ecuatoriales, del salvaje rigor de las aguas del Orinoco, de los sugestivos nevados de Los Andes, de la aparición de una nueva especies vegetal o el encendido canto de un ave desconocida, contienen un poderoso haber poético “, Venegas Filardo (1983).

Para el momento del viaje de Humboldt, era la ilustración el dibujo y la pintura las bases del registro para comenzar el estudio de los fenómenos, especies u otros. Así que arte y estudio van de la mano. O arte y ciencia van de la mano. Como el acto de la observación y atención que ambas requieren se complementan. Eso me parece interesante. Humboldt estaba muy marcado por dos países que estaban dentro de su destino de los cuales estaba muy interesando en visitar, México y Colombia. En México Humboldt estableció contacto con el gobierno mexicano y les explicó la necesidad de visualizar México con escuelas de minería a lo largo de todo el país. Humboldt quiso recomendar la creación o formación de escuelas de minería y geología, temas para lo cual Humboldt ya en sus 30 años era un experto. Tuvo el deseo luego de culminar su viaje de 5 años por América de regresar a vivir a México, pero otros proyectos le tenían reservado el destino.

Para Colombia, uno de los motivos de su viaje, tenía un destino muy interesante y era conocer al ilustrador de origen alemán Don Celestino Mutis, quién tenía a su cargo varios artistas botánicos con los cuales fue construyendo la botánica de Colombia y la región, ya anciano y mayor Don José Celestino Mutis sintió gran admiración por Humboldt y viceversa.

El tema del estudio del vulcanismo es igualmente interesante en la vida de Humboldt y es otra de las razones de su venida a América. Pudo ascender al Chimborazo en el Ecuador y medir la cantidad de movimientos sísmicos que el detectó con los inconvenientes de subir y escalar un volcán en esa y en esta época y sus equipos con los cuáles hacer medidas. La ciencia es medible y Humboldt trajo la medida lo mensurable a al mundo americano.

Para la culminación del viaje de Humboldt por América tiene un viaje a Estados Unidos de Norteamérica donde fue recibido por el ese entonces Presidente Jefferson quien era igualmente un estudioso y científico y conversan sobre la visión de Humboldt de creación del canal de Panamá, y otros proyectos para América que iban a depender de la estabilidad política de la región panamericana.

Humboldt y organiza toda la información de los cinco años de viaje por América en París durante 10 años y luego de 20 años es que publica la información del viaje por América. Viaje a las tierras equinocciales fue escrito en francés con el interés posterior de Humboldt, de su traducción al español. Iba a ser más sencillo traducir del francés al español además que la efervescencia científica en todos los terrenos de la física, química, geografía, minería residían en Francia, por eso elige Humboldt a Francia como sede posterior de su viaje a América.

Luego hacia sus 60 años sale el destino de Rusia, Persia y si bien no fue un viaje con la envergadura y la duración de su viaje a América, le permite planificar en simultáneo la construcción del libro Cosmos, donde concentra todo el estudio de las fuerzas que rigen los cuadros de la naturaleza, la vida natural y las leyes que lo rigen.
Si bien Colón descubre América, Humboldt descubre América para el mundo de la ciencia, las artes, la literatura científica, la investigación, el mundo de las leyes de la tierra, el cosmos general.

Bibliografía
1- Viajeros a Venezuela en los siglos XIX y XX Pascual Vanegas Filardo Monteavila Editores, Colección Simón Bolívar, 1983
2- Alejandro de Humboldt Viaje a Venezuela, ediciones culturales INCE, 1969
3- Alejandro de Humboldt, Miguel Acosta Saignes, Ediciones Fundación Mendoza, 1955
Alejandro de Humboldt 1769-1969, Adolf Meyer Abich, 1969

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