Con lagrimas a cuestas

Sin esperanzas,
Con lagrimas a cuestas,
Con el dolor asfixiándote,
Con las heridas abiertas.

Y el mundo sin pausas,
Te obliga a ser fuerte,
En medio del vacío,
De la inmensa incertidumbre.

Respiras…
Y no llega el aire,
Son débiles tus latidos,
La sangre se espesa.

Y los colores se pierden,
Los matices,
Loa anhelos,
Los sueños…
Se detienen por la bruma.

El canto de los pájaros,
Ya no te llena,
No te llega al alma,
Susurrándote al oído,
Como antes,
Como siempre,
Lo había sido.

Mueres un poco más,
Y los minutos te sepultan,
Todo se vuelve gris,
Tonalidades de gris plateado.

Todo se detiene en ti,
Pero el mundo…
Sigue aplastándote,
Aprisionándote,
Intentas hallar la salida,
Pero los pensamientos…
No fluyen,
Escasean,
Se estancan.

Y te detienes,
Sin nada que perder,
Ya lo has perdido todo,
Absolutamente todo,
Y no hay marcha atrás.

No hay palabras,
Que alivien tú karma,
Tú destino,
Tus males.

Y con la mente en blanco,
Divagas en tu letargo,
Con algo de nostalgia,
Con mucha frustración.

Solo queda superarlo,
Pero a un ritmo que no quieres,
Algo lento,
Tan lento que desespera.