La muerte
Este post esotéricamente se titula “la muerte”, porque el que empieza a desintegrar sus defectos empieza a salirse del circulo donde está metida la humanidad. Entonces, cuando lo van a invitar a hacer una fechoría dicen los demás: “No sirve para nada, ese es un muerto”; porque no sigue el camino del resto de la humanidad.
Todo ser humano lleva dentro de sí una chispa divina que se llama alma, que nos impulsa y nos da fuerza para emprender un trabajo espiritual, esa esencia o alma está atrapada en todas nuestras maldades, defectos o yoes psicológicos que esotéricamente se le dice “ego”; que son lo que no la dejan manifestarse con libertad porque son los que cogen la vocería y el mando de la persona.
Ya con el trabajo de la desintegración de los defectos va creciendo, se va fortaleciendo, va manifestándose con más claridad, con más fuerza. Se va convirtiendo el Alma.
Voy a dar un ejemplo: un árbol está parado en sus raíces principales, ellas no lo alimentan sino únicamente lo sostienen contras los vientos y el peso del mismo para no caerse, no derrumbarse. Y sus raíces pequeñísima son las que se extienden por la superficie de la tierra, y van adsorbiendo la savia para alimentarlo.
Asimismo es el ego de nosotros o de la humanidad. Las raíces gruesas que sostienen el árbol simbolizan los defectos capitales, como la lujuria, la venganza, la ira, el orgullo y otros más.
Y las raíces pequeñas representan los detalles, aquellas manifestaciones diminutas que pertenecen a tal o cual defecto, que no crecemos que son defectos pero que son la alimentación de él. El ego se alimenta de todo eso detalles diminutos, que tenemos en gran cantidad.
Hay que empezar a auto observarnos para ver los miles y miles de detalles negativos que tenemos, que son los que sostienen el tronco. Así le toca a todo el que quiera salvarse del desastre que viene, ponerse a quitarle la alimentación a ese árbol, que son las raíces diminutas. Detalles negativos como los malos pensamientos, el odio, la envidia, que siente uno contra otra persona, la ambición, cogerse monedas y otras cosas insignificantes, echar mentira, decir palabras llenas de orgullos, la codicia en fin, todas esas cosas que son negativas en el fondo, debe empezar uno a desintegrarlas. Para poder ser libres de nosotros mismos por que el ego y el orgullo no nos trae nada bueno para nuestra vida tanto física como espiritual...