Desde el punto de vista político-jurídico, tenemos dos presidentes legítimos. Ustedes se preguntarán, ¿Dos presidentes?, ¿ambos son legítimos?, ¿cómo puede ser eso?, también dirán: literalmente eso es imposible, no puede existir análisis que avale tal disparate. Pues reitero, si, si y si Teníamos dos presidentes legítimos.

Ahora bien, para demostrar con argumentos jurídico-políticos tal disparate, nos enfocaremos primeramente en los tipos de legitimidad afirmados por Max Weber (1922), en su texto: “Economía y Sociedad”.

Parafraseando a Max Weber, establece que: existen tres tipos de legitimidad. El primero es la Legitimidad Tradicional: misma que establece que su fundamento en la "fuerza del pasado", o por la tradición de su forma de gobierno. Por ejemplo: la condición de linaje o “ius sanguinis” (Derecho de Sangre), dado que por tradición, un representante de tal modalidad puede asumir el poder del Estado y gobernar a los ciudadanos que conforman el mismo, ya que, de manera inmediata adquiere la legitimidad del cargo conferido. Ejemplo de ello: es lo visto en sistema de gobierno monárquico, donde el príncipe hereda el trono por los diversos motivos en los que son conferidos, o cuándo, no existe una representación personificada y real en la iglesia católica como el Papa, también por los diversos motivos dentro de las normativas sistema político y su forma de gobierno, en ese caso, el Estado del Vaticano confiere, tales derechos al nuevo Papa, declarando después del humo blanco el (Habemus Papa).

En ese sentido, el detalle que más resalta en éste tipo de legitimidad es que, así el ciudadano no sienta o tenga empatía con tal representante, el mismo, dada las características de su forma de gobierno, ya es Legítimo. Comparando la noción de Legitimidad Tradicional con el Sistema Político Venezolano, podemos decir que, no tiene ninguna vinculación porque el mismo es Republicano, Democrático-Participativo y Presidencialista bajo el ejercicio al sufragio.

En segundo término, tenemos a la Legitimidad Carismática, misma que deviene de la empatía del ciudadano con el actor político, dicha empatía puede estar arraigada los atributos individuales de ese líder en particular, ejemplo: Adolfo Hitler, Hugo Chávez frías, Vladimir Putin, Bashar Al Asad, entre otros. En mi opinión personal, y en éste contexto, este tipo de legitimidad tampoco se vincula al caso venezolano, dado a la polarización ideológica y partidista venezolana, el sector oficialista, arraiga su empatía hacia una imagen o legado devenido de la figura de Hugo Chávez “entre otras cosas”, y el sector opositor, refleja empatía por diversos personajes políticos, reflejándose en impulsos aislados sin resultado óptimo, muestran más su ambición por un cambio de gobierno, que por el personaje político que detenta tal poder, es decir, “no importa quien asuma el poder, con tal de que haya un cambio”.

Por último tenemos, la Legitimidad Racional-Legal: misma que establece características muy vinculadas a lo ético-racional, con nociones legales y jurídicas. Como por ejemplo: la legitimidad qué le da el ciudadano al momento de ejercer el derecho al sufragio, dado que éste, al momento de elegir, utiliza el raciocinio entre las opciones existentes, es decir, utiliza la razón para escoger entre el candidato "A" y el candidato "B", con un previo estudio de ambos, escoge por la mejor opción qué supone garantizará su bienestar social, allí le da legitimidad. Toda esta acción es legal, porque es constitucional. Destacando que destacar que, este las mismas son más consecuentes en sistemas políticos democráticos representativos o participativas.

Al respecto, podemos decir que: este tipo de legitimidad tiene vinculación directa con el caso venezolano, dado a que ambos presidentes, tanto Nicolás Maduro como Juan Guaidó, gozan de legitimidad racional-legal. Tal vez suene un poco confuso, pero les explicaré el porqué de esta conclusión en la siguiente parte…