Balto el Husky mestizo que encontró el camino

Balto, si existe algún lugar para el alma de los perros, a donde habrás ido? Quiero contar tu historia porque pienso que los ángeles tienen una misión en este sistema de cosas en forma de almas como la tuya, cumpliendo con un propósito celestial ¡Amarnos y Cuidarnos!

Corría el año 1925 en una pequeña población llamada Nome al sur de la península de Seward-Alaska, donde surgía el brote de una enfermedad muy peligrosa producida por una bacteria denominada Difteria la cual empezó a cobrar rápidamente la vida de muchos pobladores e incluso niños menores de 5 años.

La población no contaba con suficientes antídotos para combatir la enfermedad, en vista de esta situación y bajo un terrible invierno que imposibilitaba el traslado por aire y agua de la antitoxina diftérica desde la ciudad de Anchorage, capital del estado de Alaska, ubicada a 1600 km de Nome y en donde se disponía de suficientes cantidades de suero que se requería para erradicar dicha epidemia, se decidió que parte del traslado sería llevado en tren y la otra en trineos.

El tren partió desde Anchorage hasta el pueblo de Nenana y, desde allí, hasta Nome, el mismo recorrería 600 kilómetros desde Anchorage hasta Nenana y los 1.000 kilómetros restantes serían transitados por perros que se encargarían de llevar la medicación en trineos. Habían diseñado un sistema de relevos de los que participaron más de veinte grupos de perros guiados cada uno por un conductor. Ellos debieron soportar bajísimas temperaturas, que llegaron a alcanzar los 400 C bajo cero, fuertes vientos que los volteaban y los hacían caer y desistir. Atravesaron hielos quebradizos y resbaladizos, aguas congeladas, soportaron el esfuerzo y el cansancio extremo. Atravesaron montañas, tundras y bosques de píceas. Sin embargo, a pesar de todo, lo consiguieron.

Balto fue un husky mestizo, Aunque su verdadero nombre era Togo. Se le atribuyó este nombre en memoria del explorador noruego Samuel Balto, popular en Nome durante la fiebre del oro.

El mestizo a la edad de 2 años logró sobresalir en esta carrera a pesar que no era un perro líder y mucho menos guía, incluso fue castrado a los 6 meses de nacido porque se consideró que no era un can con habilidades sobresalientes para el rastreo y guía, por lo tanto los entrenadores sostuvieron que lo más conveniente era evitar su reproducción.

Existen varias teorías sobre lo que ocurrió con el último grupo de perros, guiados por Gunner (el entrenador de Balto): algunas sugieren que fue Balto quién lideró a los perros durante todo el camino (aunque no era un perro guía), otras que el perro guía no lograba orientarse y en las últimas se sugiere que el guía se rompió una pata. Lo que sí es cierto es que Balto fue quién tomó el mando de la carrera, a pesar de que muchos tenían poca fe en él. En apenas cinco días y medio, el escuadrón B llegó por fin a Nome con la vacuna antidiftérica en su poder.

Quizás fue por su hibridación, o bien porque no se esperaba que un perro que nunca antes había sido guía pudiera liderar al resto de perros, pero lo cierto es que Balto fue capaz de encontrar el camino y en mucho menos tiempo del esperado.

Tristemente, Balto fue vendido junto a otros perros al zoológico de Cleveland (Ohio), donde vivió hasta cumplir 14 años, murió el 14 de marzo de 1933. Después fue embalsamado y actualmente se puede encontrar en el Museo de Historia Natural de Cleveland.