Poesía Erotica

Difícilmente, podía pasear tu cuerpo, habiendo salido de mi mente, porque sólo era allí, donde te hacia mía... Increíble y detestable ironía, porque mucho tiempo pasó, hasta que pude acariciar tu cabello, aspirar cerca de tu nuca y espalda, apretar con fuerza tus nalgas.

Ya pasaba mucho tiempo y servía, sólo para que el deseo aumentará... Veía tu silueta y cuerpo, el cual se hacía notar exquisito, solo podía admirarlo en la distancia, disfrutarlo en silencio, admirarlo, desearlo y atraer hacia mi, todo eso que quiero de ti.

Ahora estoy aquí, disfrutandote, sintiendo la carne de tus hombros en mis labios, la piel suave de tus senos, la humedad de tu lengua, la piel que raspa las yemas por la ausencia de los vellos... Luces impecable en cada milímetro de tu piel y que perfecto es, porque lo que imaginaba, no se acerca ni remotamente a esto.

Tus besos son suaves y delicados, solo se encienden para provocarme, sabes manipular mis sentidos y mi mente... Puedo escribirte perfectamente, puedes leerme correctamente, no es la erección lo que me hace predecible, son mis ganas de tenerte lo que harán este momento increíble.

Las líneas de tu cuerpo puedo definirlas, en cada suspiro que dejó escapar, cuando mis dedos pasean con delicadeza eso que viste tu alma.

Nadie podrá desearte más que yo, puedo asegurarlo... te he hecho el amor infinidades de veces y solo pocas, lo han podido disfrutar nuestros cuerpos... Mi mente me traiciona, porque ya es imposible verte, así sea en una fotografía, sin querer hacerte mía; de hecho lo hago, porque nuestro mejor sexo, primeramente estuvo en mis pensamientos.

Te dedico la inspiración, sin necesidad de hacerte pública, sin necesidad de alardear, porque en silencio te hago mía.

Te he idealizado tantas veces, incluso por tus fotografías, disfruta de mi, porque nadie podrá desearte más que yo en esta vida...

En mis ojos encuentra amor, que yo en tu cuerpo lo hago.
Tuve la decencia de no respetar tu cuerpo y que bueno que así fue. Porque pude conocer en tu desnudez, todas las fantasías trazadas en mi mente.
La culpa es mia si no te dejo exhausta.

En mi mente, mientras hablabas, estaba creando todo aquello que quería sintieras.

Pude ver tus labios moverse suavemente mientras dilucidaba de que manera leerlos.
Evidentemente notaste en mis ojos el deseo que te tengo.

Disculpame, por exaltarte un poco pero valio la maniobra porque comence a excitarte... Te tome por la cintura y el cuello al mismo tiempo en el que te acercaba a mis labios.
Los besos no eran mas que sugerencias a ser inolvidables y los apretones no serían más, que marcas causadas por el placer.

Mis manos definían muy sutilmente tu silueta. Desde tu nunca hasta tu espalda, desde tus pechos hasta tus nalgas. Desde tu cuello a tu vagina y en ese vaivén, empezaría mi travesía.

Mis besos recorrían el camino trazado y mi lengua definía uno nuevo...
Apretaba tu seno suavemente mientras mi otra mano levantaba desde tu espalda, tu pelvis. Para así dejar a mis besos recorrer tu ombligo y toda la zona que te hace diferente a mi.

Me sorprendía lo suave que te acariciaba y las tantas sensaciones que recibías...

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