Dos majestuosas aves,
dibujan el aire que yo respiro,
tienen las alas fuertes,
y van creciendo mientras las miro,
tienen el vuelo suave,
el surco firme y las admiro,
vuelan y mientras vuelan
van descubriendo sus acertijos,
vuelan y mientras vuelan
sonrío sola pues son mis hijos.
Dos majestuosas aves
surcan los cielos libres de culpas,
tal como lo he planeado
viven sus vidas sin mi regazo,
más siempre estaré a su lado
calmaré mentes en tibio abrazo.
Dos majestuosas aves,
libres ya vuelan eligen sueños,
tiernas, en trinos graves planean,
flotan... no tienen dueños.
Miro las largas alas
si me voy lejos cerca las siento,
viven sus horas malas
aprenden, cuidan sus sentimientos.
Vuelan y mientras vuelan,
van descubriendo sus acertijos,
vuelan y mientras vuelan
sonrío sola, pues ¡son mis hijos!.
Mónica Ramona Pérez