A Dios hay que buscarlo por voluntad propia.
Si existe en el corazón el anhelo de conocerlo a él o quizá una inquietud, entonces esto hace que nos acerquemos de manera voluntaria, tomando en consideración que Dios le dio al hombre el libre albedrío (Voluntad) para escoger el camino que desea seguir. Por esto, el acercamiento a Dios debe ser por voluntad propia, porque nace de nuestro corazón.
1 Crónicas 28:9 ”Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.”
Debemos acercarnos a Dios con el corazón correcto, con el anhelo de conocerle y recibirlo en nuestra vida.