Un corazón inclinado a Dios.

LINK

Cuando confiamos en Dios, realmente no existen límites en lo que él puede hacer en nuestras vidas ya que no depende del amor o de la capacidad de Dios.

Bueno y recto es Jehová;
Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
Encaminará a los humildes por el juicio,
Y enseñará a los mansos su carrera.
Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.

Salmos 25:8-10

Hay algo práctico, cuando pasamos tiempo con Dios a través de su palabra, es inminente que su presencia actúe en nuestro corazón y nos hace sensibles a su palabra y a su voluntad. Y el igual que en una relación humana si no alimentamos esta relación poco a poco se puede enfriar, para ello tenemos que buscar pasar ese tiempo con Dios, conocerle y hablar para escuchar lo que tiene para nosotros. Esto permite que con la práctica desarrollemos una actitud comprometida con el señor, respondiendo a lo que él desea que hagamos.

Si en determinado momento creemos que Dios nos está yendo en una dirección determinada en nuestras vidas, simplemente debemos tomarnos un tiempo para buscar su dirección que es lo que Dios dice acerca de ese asunto, busquemos su respuesta. Después de esto no seamos testarudo y dejemos de lado el deseo de hacer aquello de lo que Dios no nos ha indicado hacer, hay veces que persistimos en actuar conforme lo que nosotros o personas cercanas consideran que es bueno, después de mucho tiempo trabajo y quizás sufrimiento nos damos cuenta que esa no era la voluntad ni la intención de Dios.

Una manera de resistir al Señor es simplemente guardar en un cajón y archivar sus deseos, sus propósitos para nuestras vidas. Esto simplemente se transforma en una carencia en nuestras vidas.

Un plan B o un reemplazo para la voluntad de Dios, aún cuando ese plan parezca imposible de trazar, pero cuando nosotros nos acercamos confiadamente a Dios con un corazón dispuesto y sincero a servirle, simplemente no hay límites para lo que Dios puede lograr a través de nosotros, si más adelante no queremos arrepentirnos de lo que hoy podemos lograr en Dios o lo que Dios puede hacer a través de nosotros, simplemente depositémosnos en la mano de Dios, hoy digamos: "Dios quiero hacer tu voluntad sin importar lo que suceda". Dios simplemente responderá a nuestra entrega.

Dios te siga bendiciendo!