Dembélé pasa de problema a solución
El francés brilla como regateador y pasador ante el Villarreal y sirve a Gerard Piqué el gol que abre el marcador.
El castigo de Ernesto Valverde ha surtido efecto y Ousmane Dembélé ha reaccionado como nunca. Hacía un mes que el francés no era titular en la Liga y el entrenador, presionado por la plaga de lesiones que azota al vestuario, le devolvió los galones ante el Villarreal después de perder ante el Betis y empatar a domicilio del Atlético, ambas veces sin Dembélé como titular. Y puede que ese fuera el problema del Barcelona, no haber contado con el jugador que más puntos da a su equipo en toda la Liga.
Sin Luis Suárez, lesionado, entró Dembélé para completar el frente de ataque barcelonista junto a Leo Messi y Philippe Coutinho y el equipo cuajó un buen partido en ataque pero de nuevo estuvo muy endeble y fallón en defensa. En el primer tiempo Messi buscó el gol en cuatro ocasiones y Dembélé en tres pero la más clara fue el poste que encontró el remate de Gerard Moreno tras ganarle la posición a Clément Lenglet dentro del área, por lo menos hasta que Gerard Piqué logró abrir el marcador con un remate de cabeza tras un centro e Dembélé que permitió al Barcelona marcharse al descanso por delante en el marcador.
Pero duró poco la tranquilidad. El buen hacer en ataque del primer tiempo desapareció en el segundo y las imprecisiones defensivas aumentaron, permitiendo al Villarreal acercarse cada vez con más empeño. El Barcelona, por contra, funcionaba en base a la inspiración de Dembélé que, más concentrado que nunca, hizo lo que quiso con la defensa del Villarreal pero sin conseguir conectar con ninguno de sus compañeros. Fue Messi quien se sacó de la chistera una asistencia de las suyas para darle el 2-0 a Carles Aleñá, que se estrenó como goleador en la Liga.
De hecho si Valverde mantuvo a Dembélé durante los noventa minutos por segunda vez esta temporada en la Liga fue por algo y cuando llegó el momento de dar entrada a Malcom Silva se cargó a Coutinho y no al francés, que siguió en el terreno de juego realizando su recital particular de regates. Tanto es así que superó su récord individual histórico -logró 7 en 9 intentos-, demostrando que el tirón de orejas ha dado resultado, no tanto por el acierto del delantero sino por la concentración y la capacidad para tomar la decisión correcta en cada momento que demostró, algo que hasta la fecha no había sucedido. Dembélé tiene que ser una solución, nunca un problema.
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