Acabo de despertar con un sentir semejante al de una cubetada de agua fría; La enfermera que se hallaba junto a mi camilla administrando no sé qué cosa al suero tranquilamente pronunciaba palabras que apenas podía distinguir, eran consoladoras.

A mi ciega vista a siluetas distinguía, qué miedo si era la que acechaba mi casa pues, me habría encontrado más con el tiempo que llevo aquí encerrado, sin importarme en donde esté; Una de estas se me acerca con tal de verme de cerca, distingo esa mano gorda y áspera manoseando mi cara, es el odioso médico revisando mis sentidos. No logro ser útil en su trabajo, me sigue preguntando y sólo entona el silencio en mi lugar. Sólo quiero estar en paz, Madre.

Últimamente he pasado por pesadillas surrealistas que hasta para divagar se hace sagrado, estar durmiendo despierto para evitar otra pesadilla en donde aquellas escenas se vuelven frecuentes y para evitar que la realidad me acabe más. Estoy enfermo, casi un cadáver con tonos vivos, a quien intentan revivir.

Para el peor de mis males, no puedo dejar de ser un testigo de aquella imagen tuya, pálida e inerte; ¿Qué significa esto? ¿Por qué no me veías o responderías ante mis palabras? No era un fantasma puesto que sentía tu piel enfriándose después de aquel sujeto acechara sobre ti. Sin reconocer su cara, sin conocer por qué no me respondieras y sólamente estabas mirando hacia la ventana cual felino observando a las aves.

Madre, ¿cuándo volveré a sentir tus manos?, ¿me has visitado en mi coma?, ¿qué tanto habrás hecho para que una transformación de bellos recuerdos paseando en los sueños de éste demente terminaran en la estética más repugnante de presenciar?

Oigo unos sonidos fuera de la habitación, escandalosos sonidos… Escucho pasos muy rápidos, ¿por qué correrán? Vuelvo a perder la razón después de ver una indistinguible ser anaranjado frente a mi camilla; No puedo oír, hablar, ver ni sentir, sólo tengo certeza que sigo vivo por el espantoso olor a podrido que respiro, con fortuna.

No sé a dónde voy, qué estarán haciendo con mi casi cadáver, mi miedo me tiene dominado una vez más… ¡Madre, ayúdame! ¡Yo, tu hijo, busco rescate tuyo! ¡No sé qué harán de mi! ¡Sólo quiero que vengas! ¡¿Qué tanto se requiere para que aparezcas al menos, tu imagen en mi mente?! Me siento solo.

Continuará…

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Segunda parte
Tercera parte
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Quinta parte
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Universidad: Un mundo en exploración.
¿Qué es ciencia?
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Sé divulgador “amateur”.
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“Es hora de la nueva conquista, Humano”.
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México: ¿un país próximo a corromperse?

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