¿Dónde está Santiago Maldonado? La pregunta que se replica en las redes sociales, medios de comunicación, carteles, grafitis, banderas en partidos de fútbol, conciertos de bandas de rock y un sin número de formas que toman las bocas que expresan la preocupación por el paradero de este joven artesano que abandonó la vida del anonimato hace más a un mes.

El primero de agosto de 2017, 137 (ciento treinta y siete) efectivos de Gendarmería Nacional al mando de Pablo Noceti, irrumpe sin orden judicial en la comunidad de Cushamen buscando reprimir a 7 (siete) mapuches que habían estado cortando una ruta en protesta por el encarcelamiento del lonko (líder) Jones Huala. A modo de "cacería" (según se puede ver en los videos publicados de ese día) persiguen a disparos de escopeta al grupo de indígenas que estaba acompañado por Santiago Maldonado. Tratando de evitar ser capturados y/o heridos por los gendarmes, el grupo cruza el río. Según testimonios de los mismos mapuches, Santiago no pudo cruzar y es detenido por Gendarmería. Esa fue la última vez en la que se lo ha visto.

Los mapuches se encuentran en constantes problemas debido a que Benetton Corporation ha comprado alrededor de un millón de hectáreas en la zona en las que estos indígenas viven desde tiempos muy remotos. Como es obvio, quien tiene dinero para comprar semejante cantidad de tierras, también tiene dinero para comprar voluntades de funcionarios del poder judcial y gobernantes con todas sus fuerzas de seguridad que incluye el combo. El resultado es que los indígenas son desplazados de sus tierras y si resisten se los "flexibiliza" por la fuerza y se los condena judicializándolos de alguna manera conveniente para el terrateniente.

A partir de la desaparición de Santiago, su familia acompañada por varias organizaciones de derechos humanos comienza la frustrante búsqueda. Varias marchas multitudinarias se hicieron en muchas ciudades argentinas. En la más reciente, (a 30 días de la desaparición) se produjeron confusos hechos de violencia donde un grupo de manifestantes fueron reprimidos. Más tarde se pudieron ver videos donde se observa cómo las fuerzas de seguridad atacan y detienen a personas que filman estos hechos (en algunos casos trabajadores de prensa acreditados). También se han visto fotos donde se puede reconocer a "violentos manifestantes" que pocos minutos después se "convierten" en policías que detienen manifestantes.

El Gobierno Nacional a través de su ministra de Seguridad (Patricia Bullrich) ha negado la presencia de la cantidad de gendarmes (dijo que fueron 40 cuando se comprobó que eran 137), negó también la presencia de Pablo Noceti aunque una foto de ese día se lo puede ver en el lugar. Las dos camionetas y el Unimog de Gendarmería (que la ministra negó que haya sido usado a pesar de que las fotos, videos y los numerosos testimonios la refuten) fueron lavados antes de que se puedan hacer las correspondientes pericias.

Los políticos opositores han aprovechado el tsunami de torpezas de la ministra para hacer leña del árbol caído y golpear fuertemente al gobierno de Mauricio Macri quien increiblemente pudo salir indemne del escándalo de los Panamá Papers a pesar de que en otros paises -con menores índices de corrupción- les ha costado el cargo a más de un importante funcionario.

El rol de los grandes medios de comunicación ha sido el de aportar altos niveles de confusión. Periodistas de alto rating han disparado teorías y pistas absurdas, como que Santiago fué visto en varios lugares de Argentina y/o Chile, que todo un pueblo de Argentina tiene sus habitantes parecidos a la víctima, que Santiago es un espía-guerrillero entrenado por fuerzas terroristas del extranjero y una serie de insultos a la inteligencia que sorprenden por su creatividad.

También es de destacar las manipulaciones de estos medios sobre las masas con poca información y menos perspectiva. Se demoniza permanentemente (como se hace en toda Argentina y latino América en general) a los pueblos indígenas, acusándolos de terroristas, salvajes y violentos. El claro objetivo de esto es "despoblar" las tierras que ellos ocupan para extraer riquezas de los suelos (petróleo, fracking, monocultivo).
No se han olvidado de sembrar miedo sobre las personas que difunden este caso. Se ha lanzado una especie de campaña en las escuelas argentinas donde se pregona el no "adoctrinamiento" sobre los jóvenes. Quienes para no estar adoctrinados, deben ignorar que el Estado a través de sus fuerzas de seguridad, no tiene la potestad de detener (y desaparecer) a una persona sin tener que dar ninguna explicación.

La desaparición de Santiago Maldonado se ha convertido en una causa nacional, una causa que puede hacer temblar al mismo gobierno nacional. Muy probablemente jamás nos hubieramos enterado de nada si el que caía era un mapuche, un qom, un wichí. Han ocurrido muchos casos similares que no han logrado trascendencia porque las víctimas no son de una etnia más europea.

Ojalá esto termine bien. Encontrar a Santiago con vida quizás sea algo que, lamentablemente, ya no podemos pedir. Al menos que haya un poco menos de injusticia, eso sí.