Hace unos días tuve la oportunidad de compartir con un grupo de personas muy especiales que decidieron practicar la filantropía y entregar un poco de si mismos a otros mas necesitados para llenar sus corazones de alegría.

Este tipo de experiencias siempre son sorprendentes porque cuando tienes la intención de dar realmente es mas lo que recibes. Nosotros apenas llevamos juguetes y animo de cantar para los niños, pero nunca imaginamos que recibiríamos tanto de esos chiquilines que cautivaron nuestros corazones llenándolos de inmensas e indescriptibles emociones. Aclaro que no es lastima, pues cuando ves caras felices en situaciones tan duras, te das cuenta que en su corazón tienen lo que tal vez muchos han perdido, así que es una mezcla de sentimientos que no puedo describir, pero que vale la pena compartir.

Porque al dar un poco de esperanza siempre recibes alegrías y gracias en abundancia.

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No podría dejar de mencionar al personal del hospital que de manera tan dedicada y admirable trabaja día a día para brindarles un poco de esperanzas.

Muchas gracias a el Hospital de Especialidades Pediatricas por permitirnos hacer un pequeño aporte y brindar unas pequeñas sonrisas a esos niños que se merecen mas que juguetes, se merecen un gran país por el que debemos luchar.

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Cuando uno toma conciencia de que somos responsables de lo bueno o lo malo de nuestra sociedad, este tipo de cosas no las haces por caridad.

Definitivamente no es caridad lo que nos motivo, es una conciencia responsable que motiva lograr el cambio. Y algunos dirán que solo fue un día, solo unos detalles, sin embargo no es lo material lo que se mide aquí, es algo mayor que conecta con el espíritu y al final todos tanto ellos como nosotros sumamos un poco mas a la vida.

Fuente fotografica: Fotos tomadas con iPhon 5