Yo lo vi, yo si lo vi...

Ese día me desperto mi mamá como todos los días, tempranito para ir a trabajar. Aún yo era una joven recién salida de bachillerato, trabajando y estudiando una carrera universitaria, salía de mi casa a las 7 de la mañana y volvía a las 10 de la noche. En esos tiempos y con esa edad apostaba por todo lo que fuera deseos de superación.
Mi mamá estaba en la cocina, como siempre, preparando el desayuno, el cafecito mañanero y con su televisorcito pequeño viendo las noticias. De repente ella me dice, pasó algo, en las noticias hablan de que hubo un golpe de estado. Ni idea de qué era eso?? Estaba centrada en mis proyectos personales, sabía de adecos y copeyanos, de que según mi mamá ninguno de esos dos partidos políticos habían hecho algo por este país, pero a mi no me faltaba nada, en líneas generales vivía bien, tranquila.
Entonces miré el televisor, y ahí estaba ese señor, totalmente desconocido para mi, hablándole al país. Siempre que hablan del tema lo digo, yo lo vi en vivo y directo, no imaginé lo trascendental del momento.

Luego de ver las noticias me fui a trabajar, a seguir con mi rutina. Pero después de ese día definitivamente todo cambió en mi percepción de la vida política, económica y social de Venezuela.
Pocos años después estaba paseando por la Calle Carabobo, espacio emblemático en Maracaibo y muy de moda en esa época y veo un grupo de gente rodeando a un señor. Mi hermana y yo nos acercamos a ver qué pasaba, era el mismo señor que años atrás había visto por televisión aquel 4 de febrero de 1992, recién había salido en libertad luego de recibir el indulto y estaba visitando la ciudad, todos lo seguímos, había mucho interés por el personaje, incluso estreché su mano. En aquel momento para muchos era un personaje que dejó mucha esperanza de vientos de cambio para esa época.
Han pasado 26 años desde ese día, y ha pasado de todo en el país. Lamentablemente los ideales que vi en ese señor y que a muchos nos llenaron de esperanza no son los que esperé para mi país.