Fuego
No hay mejor placer que amarte y es sin embargo la herida que más arde.
¿Hasta cuándo voy a seguir quemándome?
Si ya ni cenizas quedan dentro de mi.
Y como el fuego, volveré a crecer...
Creyendo que aún queda una llama de esperanza dentro del polvo en el cual se convirtió mi corazón cuando me volví tuyo.