Cómo inculcar valores a sus hijos(Dorothy Law Nolte y Rachel Harris)
Hoy he querido traer este tema a la comunidad Steemit, porque considero que es de suma importancia para las familias que tenemos hijos y muchas veces pasamos por alto pequeños detalles que dejan una gran huella a futuro en nuestros hijos, tomando en cuenta a estas autoras de este importante tema el cual lo explican con mucha sencillez y comprensión para todos, tengo el atrevimiento de mostrarles algunos fragmentos.
Cómo decir las cosas:
Cuando censuramos a nuestros hijos solemos hacerlo para motivarles a hacer las cosas mejor. Es probable que nuestros padres utilizaran este método con nosotros cuando éramos niños. Sin embargo, cualquier comentario reprobatorio, en lugar de motivar, despierta en los niños un mecanismo instintivo de defensa que coarta cualquier posible conato de cooperación. Para un niño de corta edad resulta muy difícil comprender que la critica no va dirigida directamente a él sino a su actitud.
No obstante, esto no significa que no podamos transmitir a nuestros hijos lo que nos desagrada, Si nos tomamos el tiempo suficiente para considerar el impacto que nuestras palabras surtirán en ellos, podemos hacerlo sin menoscabar su autoestima.
En cuanto el padre de William escuchó el estrépito, supo exactamente lo que habia ocurrido, Tras levantarse de la silla, salio de la cocina y se encaminó hacia el salón, consciente de que los restos de cristal de la ventana estarian esparcidos por el suelo. Al entrar en el salón, su hijo de ocho años, de pie en el jardín, le miró con timidez y guardó silencio. El bate de béisbol estaba sobre el césped del jardín y la pelota en el suelo del salón.
-Supongo que ya habrás aprendido la lección: Nunca juegues a béisbol cerca de la casa- comento el padre.
William bajo la mirada y se encogió de hombros.
-Sí papá pero yo... -titubeó- yo jugaba con cuidado...
No, Will -interrumpio el padre con severidad-, no se trata de jugar con cuidado. La lección es jugar a cierta distancia de la casa.
-Lo siento, papá -se lamento William esperanto que su disculpa pondría punto final a la discusion.
Tras una pausa, el padre le lanzó una mirada inquisitiva y a su continuacion dijo:
-Esta bien, cuando terminemos de limpiar el salón calcularemos cuánto costará reparar la ventana y cuanto tiempo tendrás que ahorrar para pagarlo con tu asignación semanal.
Las palabras de su padre fueron para William un jarro de agua fría pues, de pronto, comprendió la terrible consecuencia del error cometido. Consciente de que el niño se encogió de hombros como si cargara sobre ellos el peso de la responsabilidad, el padre rompió el hielo:
-¿Sabías que el abuelo me hizo pagar el cristal de una ventana que rompí cuando tenía tu edad?-contó al niño, que ahora prestaba atención a las palabras de su padre.
-¿De veras? -inquirió el niño, absorto por la confesión de su padre.
-Si, Will. tarde tanto tiempo en ahorrar el dinero que nunca más volví a romper una ventana. y ahora ve a buscar la escoba y la pala... Tenemos que limpiar el salón antes de que mamá regrese de la compra.
Poner demasiado énfasis en la culpa o el castigo crea un distanciamiento entre padres e hijos, nunca proximidad. Lo cierto es que todos cometemos errores y que, por supuesto, cierto accidentes son inevitables. Saber reaccionar correctamente y transmitir mensajes positivos en momentos conflictivos favorece que nuestros hijos aprendan, a través de la experiencia, a establecer la relación entre la causa y la consecuencia de lo ocurrido, y a comprender como deben obrar en el futuro para evitar el mismo error.
Refunfuñar
Quizá no seamos conscientes, pero refunfuñar y quejarnos constantemente son dos sutiles formas de censurar. El mensaje subliminal que se esconde tras esta actitud crítica es: "No confío en ti." Esperar lo peor de nuestros hijos ni les ayuda ni resulta provechoso para nosotros. Incluso los niños de corta edad aprenden a desconectar a corta edad con rapidez cuando repetimos hasta la saciedad las típicas quejas, por no hablar de los adolescentes, expertos por su habilidad de hacer oídos sordos a nuestras palabras, lleven o no auricular.
En lugar de refunfuñar, es mucho mejor establecer rutinas previsibles con expectativas razonables. Por ejemplo, a los padres que asisten a mis talleres siempre les sugiero una simple pero efectiva estrategia para evitar caer en la consabida frase hecha " no olvides..."; enfatizar la palabra "recuerda...". Por ejemplo: "Recuerda poner los calcetines en el cesto de la ropa sucia", "recuerda que con esta muñeca solo se juega dentro de la casa". Esta clase de afirmaciones motivan a nuestros hijos, al margen de su edad, a obrar con responsabilidad. Esta fórmula es particularmente útil para los niños de corta edad que empiezan a aprender el funcionamiento de la vida diaria familiar. Ante todo, recuerden siempre elogiar los esfuerzos de sus hijos con frases afirmativas que refuercen positivamente su comportamiento: "Qué buen ayudante eres. Has recordado guardar tus juguetes en la caja." Con esta clase de frases, al tiempo que les comunicas que esperas de ellos, les refuerzas y motivas positivamente.
Al igual que refunfuñar, quejarse es una forma inefectiva para cambia el comportamiento y los hábitos de los hijos. Lamentarse siempre acentúa las dificultades y limitaciones de los niños y no aportan solución alguna a ningún problema. En tanto que padres, no deseamos que nuestros hijos aprendan a ver el mundo ni pasiva ni negativamente, y mucho menos que crean que la mejor forma de reaccionar frente a cualquier problema es lamentarse en lugar de actuar. Así pues, eviten sustituir la acción por lamentaciones inútiles. Traten de idear soluciones creativas a los problemas y dejen que los niños aporten también las suya.
Piensen en las veces que se queja durante el día: por su situación laboral, por la actitud de la gente o simplemente por la inclemencia del tiempo. Aunque a veces no podamos evitar quejarnos, recuerde que las quejas, en ultima instancia, también pueden recaer sobre los padres.
Las quejas dirigidas a nuestros respectivos cónyuges son especialmente destructivas y pueden general en los niños la necesidad de tomar partido por uno de sus progenitores. Situar a nuestros hijos en el centro de un conflicto marital resulta muy difícil de llevar para ellos ya que desequilibra la lealtad que siente hacia ambos padres. Ni que decir tiene que las quejas que recaen sobre los abuelos de nuestros hijos también les causa desequilibrio emocionales. Si tenemos algunas quejas hacia nuestros padres o suegros, lo mejor es discutirlas en privado con nuestras parejas para evitar romper relación mágica que existen entre nietos y abuelos. Nuestros hijos no tardarán en descubrir los errores y limitaciones de los miembros que integran la familia, así que evitemos lavar los trapos sucios delante de ellos prematuramente. Es más, los niños necesitan ver que todos los adultos de la familia se respetan mutuamente para aprender a relacionarse y amar a los demás.
Estoy muy agradecida por los que leyeron este post y los invito a que voten si les gusto, para seguir trayendo este tema en mis próximas publicaciones.
Muy buen póst totalmente de acuerdo
@rohosanz Gracias por leer, pero ¿Por qué no votaste en el post?...---...
Lo siento ya tienes mi voto soy nuevo en Steemit estoy aun haciendome con la aplicación. Te solicito amistad
Gracias x los líkes seguiré vuestros post por Steemit.
Un saludo
@rohosanz gracias, no creas que yo tengo mucho tiempo aquí, yo también estoy tratando de aprender, aquí voy, palante, suerte. Te voy a seguir y estar pendiente de tus post...---...
Este post ha sido seleccionado para nuestro reporte y promoción ante toda la comunidad de steemit, puedes verlo acá -> Post Votados - Proyecto @curacion
Muchas gracias por la selección,n estoy muy al pendiente de ustedes...---...
su publicación ha recibido un voto positivo de @Untapentuoreja ! por su participación en mi ultimo desafío!
Muchas gracias por tomar en cuenta...---...