El Dulce Juego del Amor
El primer concepto de amor lo conocemos desde pequeños, aquel dulce aroma que nos arropa mientras dormíamos…
El arte del “encuentro personal” tiene extremidades benignas que poco a poco se van expandiendo y toman posesión de nuestra inagotable lámpara de aceite… ese mismo tan complejo y abstracto que a veces con suerte logramos entenderlo, conversando con especialistas en el campo.
Entonces, ¿Qué es ese monstruo oscuro en forma de perla?
Durante este recorrido, vives numerosos aciertos y desaciertos, donde te vas dejando poseer de ese cuerpo oscuro, venenoso. En una etapa más consiente, la vida te pone dentro de un cine y comienzan a reproducirse todos aquellos recuerdos en la pantalla, recuerdos que siguen intactos hasta el presente… Notas que fueron tan hermosas y tan catastróficas en este juego del amor.
Esos recuerdos que se quedaron así, como recuerdos. Las personas han decidido seguir los paradigmas de esta sociedad controladora, nadie se mantiene igual, el constante cambio se convierte en avalancha y con la enfermiza Edad Digital, los últimos acontecimientos se sirven calientes sobre tu mesa.
Ya ese supuesto “amor verdadero”, tiene hijos... Contrae matrimonio... Tiene el mejor trabajo... Sufre... Viaja a lugares siempre deseados... Totalmente cambiado y amoldado a la trayectoria.
¿Recuerdas aquella perla negra?
Ya es un sistema pensante autodestructivo, con sistema nervioso y hasta múltiples voces, múltiples personalidades y múltiples objetivos.
Ya no sabes quién eres…
Contaminado casi por completo, tus canciones te mantienen en pie, algún alimento exquisito te llena el estómago, dibujas, creas y escribes.
Caminas por las calles húmedas, viendo tu reflejo en el suelo, los rostros de la gente parecen vacíos... Como papel... Entre el blanco y el negro te detienes para mirar algo que se aproxima, algo que aparentemente llama tu atención… ¡Es ella! Un nuevo rostro, una nueva perspectiva se acerca, es el color nuevamente y un saludo se transforma en el inicio de un camino sin aquélla perla negra.
Tal vez temporal, Tal vez eterno...
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