Aliados de la vida: Árboles.
Mientras caminaba en un pueblo de Trujillo-Venezuela, me topé con enormes árboles y les cuento que definitivamente caminar entre ellos fue una oportunidad para detener el ritmo y dedicarle un tiempo a observar los elementos de la naturaleza circundante, algo que me reconfortó y equilibró de manera indescriptible.
La visión del verdor del contexto bajo un clima un tanto neblinoso, resultaba un alivio para mis ojos. Cambiando la dirección de la mirada hacia arriba, las copas verdes extendidas hacia el cielo azul me ofrecían una sensación de expansión.