Una de las cosas que mucha gente del mundo Occidental quisiera conocer, es el Japón, quizás por lo poco o mucho que sabemos de ellos o por lo lejos que se encuentra pareciera entonces que es inalcanzable.

Monte Fuji, referencia natural de Japón. Foto de cámara Kodak con rollo de 35mm

Tuve la oportunidad de estar en esas tierras 2 veces y en cada visita la experiencia fue increíble, por lo que quisiera compartir con ustedes algunos de esos momentos.

Fui al Japón para realizar un curso en Gerencia de Calidad y luego para participar en una convención por el aniversario de una asociación que se denomina AOTS Association for Overseas Technical Scholarship. Esta institución se dedica a formar técnicos a nivel mundial de países que están en vías de desarrollo.

En ambos viajes la ciudad sede de cada evento fue Osaka y luego Yokohama, pero durante cada actividad realice viajes a otras ciudades, como Tokio, Kioto, Kobe, Nara, Nagoya y Fujinomiya.

La preparación

En primer lugar, la preparación del viaje desde Venezuela fue todo un proceso de perfecta planificación por los japoneses. Nada queda por fuera, cada actividad, cada movimiento está extremadamente bien explicado para evitar riesgo e inconvenientes, en vista de que al llegar allá tu seguridad es responsabilidad del gobierno japonés.

Por lo que esa perfección ya te incomoda y te altera en cierta forma. Te indican, dependiendo de la temporada el tipo de ropa y hasta en general las medicinas que debes llevar de tu país a las cuales tu cuerpo está acostumbrado. (Indigestión, fiebre, dolor de cabeza, muscular, de muelas, por ejemplo).

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La siguiente frase resume lo que paso al llegar al aeropuerto en Venezuela.

Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer. –Groucho Marx

¿Se han dicho a sí mismos antes de salir a algún lado, “siento que se me queda algo”? A pesar de haber tenido un par de meses para la preparación del viaje, adivinaron, se me quedó algo, y algo muy importante, el dinero en efectivo que debía llevar, en un segundo se me vino el mundo encima, me decía “Todo para nada. Que desgracia, mis sueños, mi formación, mi desarrollo profesional”.
Mi esposa me dice “no te preocupes, yo lo busco”, para mi suerte, habíamos llegado al aeropuerto unas 5 horas anticipadas a la hora del vuelo, eso le dio un poco de tiempo para regresar a casa a buscar el dinero.

El trayecto desde la casa al principal terminal aéreo de Venezuela, el Aeropuerto Simón Bolívar, es un viaje de aproximadamente dos horas, es decir cuatro horas ida y vuelta, mi esposa fue y regresó… En dos.

Finalmente, la aerolínea estaba a unos minutos de cerrar sus puertas, y llega mi esposa con el dinero justo a tiempo para hacer el check-in, rápidamente me despido, y logro irme.

El vuelo

Interminablemente largo, cansón, fastidioso, tus emociones por un momento se vuelen un tormento, te sientes como encerrado, literalmente lo estas, leí periódicos y revistas, en otros solo vi las fotos porque no entendía nada, estaban en japonés, me cambie de ropa a una mas cómoda 2 veces, comí como diablo, bebí, vi varias películas, sí varias y completas, escuche radio, converse con aquellos con los que podía comunicarme, y señores después de muchas cosas que hice durante el último tramo del viaje, miré el reloj y todavía faltaban 6 horas…. Nooooo.

El trayecto fue asi:
Caracas – New York: Casi 5 horas. Dormí en New York.
New York- San Francisco: Casi 4 horas y media de vuelo y luego esperé como 4 horas más para el próximo tramo.
San Francisco - Osaka: Más de 14 horas. Normalmente son como 11 horas, pero había mal tiempo y el vuelo se desvió al norte del mundo para luego bajar por la Península de Siberia hasta Japón.

La llegada a Japón

Me impresioné de la majestuosidad de uno de los más grandes y modernos aeropuertos del mundo el Kansai Airport de Osaka, construido sobre una isla artificial con columnas ajustable para soportar sismos y fuertes tormentas.

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Llegas y no sabes a donde ir.

Información sobre las estaciones de metro.Foto de cámara Kodak con rollo de 35mm

Recordé entonces que tenía una programación de actividades. Lo primero fue cambiar el dinero para obtener Yenes, en ese momento me acorde de mi esposa, en realidad gracias a ella había llegado.

Salida en busca de un taxi. Foto tomada con Blackberry Bold 5

Próxima instrucción, salir del terminal y tomar un taxi par ir al hotel y me conseguí con algo muy curioso. Hay taxis a los cuales no debes tocarle la puerta, el chófer la abrirá con un mecanismo de palancas para abrir y cerrarla, hasta te puedes conseguir un taxi como una carreta halada por una persona.

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Un dato curioso es que en este tipo de viajes es muy importante considerar que estas del otro lado del mundo y por lo tanto tienes aproximadamente 13 horas de diferencia con tu reloj biológico, es decir, si en Venezuela tu acostumbras a hacer tus necesidades en la mañana y llegas a Japón en la noche, como fue mi caso, estarás desesperado buscando un baño porque tu cuerpo te indica que a esa hora es que debes hacerlo y no en "la mañana de Japón" como acostumbras. Uno se tarda como unos 3 o 4 días para que el cuerpo se adapte al nuevo horario.

Bueno, hasta luego.
Próximamente seguiré tratando más anécdotas del viaje.
¡Gracias por leer!