La nueva Democracia directa
Desde su creación hasta nuestros días, la Internet ha cambiado en todos sus aspectos de una manera espectacular. El modo gráfico, las animaciones, los videos, los chats o la publicidad son algunos de los cambios que poco a poco están convirtiendo Internet en la televisión interactiva del siglo XXI.
Internet ha pasado de ser algo sólo para informáticos a ser una ventana abierta al mundo por la que cualquiera se puede asomar. En el camino ha quedado ya aquella visión de la red como garita o “ghetto” de delincuentes electrónicos, de inadaptados sociales o depravados sexuales.
La pregunta que deberíamos hacernos ahora es si queremos que Internet sea una televisión más, un medio controlado por las agencias publicitarias y las grandes empresas para su propio lucro. Parece que ante esta avalancha de páginas comerciales nos estamos olvidando de las verdaderas posibilidades de la red, del significado de la “ventana abierta al mundo”. Entre todas estas posibilidades he elegido una que últimamente está dando mucho que hablar, la ciber-democracia...
Internet, ¿Democracia directa...?
Por voto electrónico se entiende cualquier modalidad de voto que, prescindiendo de las clásicas papeletas, nos permita votar utilizando los últimos avances informáticos. El sistema más generalizado y que ya se usa en algunos países es que el ciudadano acude a su colegio electoral y “deposita” su voto haciendo uso de un sistema informatizado. Sus ventajas van desde el escrutinio inmediato hasta permitir el voto a personas analfabetas (esto es de especial importancia en países como Brasil, con casi un 20% de analfabetismo en su población).
Otro sistema más avanzado sería el voto desde casa, cuyo objetivo es permitir a los ciudadanos ejercer su derecho a voto desde un punto cualquiera distinto, evitando las colas y los desplazamientos, con las ventajas que ello pueda suponer para personas discapacitadas. Tampoco debemos olvidar un posible descenso de la abstención, y el ahorro tanto para la administración (supresión de los colegios electorales) como para las empresas (posibilidad de ejercer el voto desde el puesto de trabajo).
Hasta aquí nada nos suena a cuento chino, el sistema liberal-democrático sigue siendo el mismo. Los ciudadanos eligen a sus representantes mediante el voto, solo varía el lugar y/o el modo en que se ejerce este derecho. Pero ya lo decían los “gurús” de la informática, Internet puede cambiar nuestro modo de vida y no solamente a nivel de las relaciones sociales, las compras o la publicidad. También la democracia tal y como la conocemos puede sufrir profundas transformaciones con los nuevos avances informáticos.
La democracia directa no es una idea nueva, de hecho sus raíces se remontan a la antigua Grecia. Hoy esa idea ya no es tan absurda, con la llegada de la era de la informática, millones de personas pueden estar en un mismo sitio sin ni siquiera moverse de casa. Se trataría, en definitiva, una forma que todos ejerceríamos nuestro derecho a voto de una forma directa, olvidándonos de representantes que no siempre representan nuestras ideas y opiniones de una manera fiel. Imaginémonos a nosotros mismos votando una ley o eligiendo funcionarios públicos. Algunos van más allá y pretenden sustituir hasta el Poder Judicial mediante la implantación de jurados populares vía Internet...
Dejando a un lado a optimistas y pesimistas electrónicos, defensores de los avances de la informática y detractores del maquinismo, algo si queda claro. Gracias a las telecomunicaciones e Internet, tenemos la posibilidad de cambiar el sistema, aunque sólo sea de una manera mixta. Dejando a los “profesionales” de la política realizar su trabajo en aquellas áreas de especial trascendencia, pero involucrándonos más en los temas que nos afectan directamente a nivel municipal, estadal y nacional.