No es fácil darse cuenta que nuestros hijos ya tienen edad para vestirse solos, para andar, para viajar sin nosotros, en algún momento fueron totalmente dependientes y llegará el momento que serán totalmente independientes, pero esto no ocurre de un día para otro, es necesario soltar poco a poco y ubicarse en una distancia prudente para el momento que puedan requerir de nosotros, deben aprender a asumir situaciones, responsabilidades y consecuencias.

Es muy duro para un padre ver a un hijo llorar de frustración, en ocasiones son capaces de asumir ellos las consecuencias para evitar que sufran, no digo que esté mal, pero les pregunto ¿qué les estamos enseñando? ellos necesitan cometer errores y aprender de ellos, entender que hay que intentarlo todas las veces hasta lograr el objetivo, que es normal sentir miedo y no es malo pedir apoyo cuando el propio esfuerzo lo compensa.

En la vida es necesario vivir la alegría y sentirla, pero también las decepciones, éstas ayudan a forjar el carácter y dan un bagaje de experiencias que se convierten en recursos para afrontar las vicisitudes de la vida. Demos recursos a nuestros chicos, no importa en que momento te diste cuenta que eres sobreprotector, lo importante es que le muestres la confianza que necesitan para sentirse capaces, evolucionar y vivir. Eduquemos con amor.