Un caso interesante es cuando un personaje sangra de forma profusa por la nariz para indicar excitación sexual, este recurso nació de la idea de que cuando nos excitamos, se nos sube la presión arterial. Este código, también único del manga y anime, toma varias variaciones. Cuando ocurre en una mujer es común cambiar la sangre por flores para indicar el deseo romántico, viéndose en mangas de temática shoujo, Josei y las comedias románticas. De estos géneros nacería un código sin semejanza alguna a otra cosa: el poder exteriorizar los sentimientos en el medio ambiente, generalmente estos se tornan de un color pastel y aparecen burbujas o flores.

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Fuente: Elaboración propia

El lenguaje ideográfico, empleado de forma similar que las onomatopeyas en los comics occidentales, la relación de la palabra escrita y hablada son igual de arbitrarios que los sonidos a los que se asignan a las palabras (no pronunciamos las letras “a”, “e”, “o” por alguna semejanza del sonido con la letra). Pero en su caso no se le asignan un sonido sino alguna palabra al dibujo. Por ejemplo, el ideograma que quiere decir “fuego” tiene cierta similitud con una llama de fuego. Es decir, que lo ideogramas guardan analogía, de forma parcial, con un dibujo esquematizado que se parezca a la palabra representada.

En los cómics occidentales se usa la palabra escrita y se le agregaban características de las cosas que nombraba, siendo Eisner un pionero en este ámbito: si se quería transmitir miedo podía modificar el texto de forma que parezca sangre o si en cambio, nombra algo, como las nubes o el viento, darle una forma similar a estas. Pero como la escritura japonesa son en esencia, dibujos, darle estos efectos es mucho más sencillo y provoca en los lectores occidentales, que se les haga desconocido el uso de kanjis, mayor interés y que le parezca esta escritura como un trazo más del manga, mas orgánico y natural.

Fuente:niadd.com