Los zapatos apretados

Hoy me llegaron a casa un par de zapatos que he comprado por internet y que me envían desde la ciudad de Pérez, en la provincia de Santa Fé, a 480 kilómetros de distancia de mi casa. Al parecer este es un modelo exclusivo porque no lo conseguí acá donde vivo.

En fin, volviendo a los zapatos, luego de que me llegan y me los pruebo, sorpresa, me quedan un poco ajustados a pesar que son de mi talle. Esto me desconcertó un poco, pero mi esposa me dice que esta marca en particular (Converse) es famosa porque sus zapatos son muy ajustados y al principio cuando están nuevos a la gran mayoría de las personas no les calzan bien, hay que hacer un proceso para estirarlos.

Así que me puse en la tarea de buscar papel periódico para ponerles dentro (no compro periódicos), previamente humedecidos, por toda la noche. De esta forma me dicen que estiran.

Mientras me dedicaba a esto, vino a mi cabeza una historia que alguna vez mi bisabuelo Pulguita me contó. Él era una persona que medía tan solo 1.55 metros (de ahí el mote de "pulguita") y que llegó a vivir hasta los 96 años. Tuvo una vida muy interesante donde vivió miles de experiencias buenas y no tan buenas también, lo que lo convirtió en sus años finales en un hombre muy sabio.

Recuerdo que esa tarde estábamos en la terraza de su casa en Maracaibo y que queda al lado de la mía (éramos familia y vecinos) y luego de ganarnos a sus nietos y bisnietos una partida de billar, nos relajamos viendo pasar a la gente. En eso venía caminando un señor y él nota que el paso que traía era errático, de una vez me dice: A ese señor le aprietan los zapatos, y se ríe. Luego de quedarse pensando unos segundos, vuelve y me dice en perfecto maracucho: "Mirá mijo, los problemas son como los zapatos que te aprietan, o los botais en la basura pal carrizo o bregais con ellos hasta hacer que se adapten a tus pies".

Hoy más que nunca las palabras de mi difunto bisabuelo son tan verdaderas para mi que pienso que el consejo que me dio esa tarde hace 18 años me sirvió para desarrollar la resiliencia que tanto me caracteriza. Hoy le doy gracias a Dios por haber tenido la dicha de haber podido disfrutar de la sabiduría de mi viejito.

Volviendo al tema de los zapatos, espero y el periódico mojado surta efecto y pueda usarlos a diario sin ningún problema.